El pleno del Ayuntamiento de A Coruña aprobó hoy, con el único voto en contra del grupo municipal del PP, la primera ordenanza de la ciudad para el uso del gallego en el seno de la administración local.
Así, la ciudad herculina deja de ser la única de las grandes urbes gallegas que no contaba con una normativa de este tipo y contará con un marco normativo por primera vez en más de tres décadas, tras las aproximaciones infructuosas de anteriores ejecutivos locales.
El proceso para su aprobación comenzó en el pleno del pasado mes de febrero, pero regresaba hoy a debate tras la inclusión de las enmiendas, políticas y ciudadanas. Un tercio de las presentadas, según apuntaba el portavoz del Gobierno municipal, José Manuel Lage.
La finalidad última de esta norma es la “promoción e normalización da lingua” en la administración pública coruñesa, recordaba Lage, que elevaba esta aprobación como “a mellor forma de conmemorar o 40 aniversario do Estatuto de Galicia”.
Podemos, Marea Atlántica y BNG votaron a favor de la norma y aplaudían, no sin matices, la nueva ordenanza. Se trata de “saldar unha vella conta coa lingua”, afirmaba la concejala de Podemos, Isabel Faraldo. “Corriximos un déficit histórico”, apelaba la edila nacionalista, Avia Veira, que recordaba en su discurso al exalcalde Domingos Merino por devolver el gallego al salón plenario. El concejal de Marea Atlántica, aplaudía el “propósito de enmenda” del Ejecutivo al incluir algunas de las enmiendas, así como la creación del Consello da Lingua.
No obstante, el PP votaba en contra, según informaba su portavoz, Rosa Gallego, no por estar en contra del ordenanza, sino por las formas, “que se haga bien, sin saltarse la ley”, afirmaba, al tiempo que recordaba que algunos puntos coinciden con la ordenanza de Lugo, del 2012, y que cuentan con sentencias judiciales en contra. Los populares también destacaban la ausencia de un periodo de exposición previa, aunque se corrigiese con las enmiendas, pese a que los informes encargados por el Ayuntamiento no lo consideraban imprescindible.
El voto contrario del PP fue tildado por todos los grupos de “erro histórico”, pese a la coincidencia en la ausencia de exposición pública del texto normativo. La respuesta de Gallego, recurriendo de nuevo a las sentencias mencionadas, era que “error histórico es que no haya Presco, ni ayudas”, en relación a los planes de rescate para la ciudad por el impacto del covid, todavía en periodo de negociación.
Pese a todo esto, el pleno saca adelante la primera ordenanza del uso del gallego en la administración local, tras tres décadas de carencias en este ámbito.