Irene Montero está dispuesta a crear escuela con lo de su “todes”. Insiste una y otra vez en que siempre estará “del lado de un lenguaje que haga sentir a toda las personas que so n importantes”, pero el problema es que el lenguaje no tiene que ser otra cosa que un modo de comunicación. Las palabras no ofenden, en tal caso ofenderá quien las utiliza y, por eso, si ya lo de “todas y todos” rozaba el ridículo, lo de incluir el “todes” es digno de estudio psiquiátrico. Alguien tendría que explicarle que todos y todas significa algo. Todes no. FOTO: Irene Montero, ante el cartel que sacó su ministerio con la palabra “todes” | EP