Ya sabe ¡toca madera!, acatar cualquier sentencia, aunque puedes poner a parir al médico, arquitecto o entrenador de fútbol. Pero también es cierto que hay una maldición bien española que refleja con rotunda claridad la poca confianza que hemos tenido desde siempre en jueces, aguaciles, corchetes y letrados, también la fama inmemorial de lenta, tardía y arbitraria.
De vez en cuando la actualidad confirma lo dicho. Por ejemplo en el caso una de las líderes de Vox, Rocío Monasterio, acusada de falsedad documental por presentar visados falsos para la construcción de un piso. Pues bien según el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, la falsificación era tan burda y perceptible que no es posible que hubiese confusión con su autenticidad. ¿Qué les parece? O sea si usted engaña a alguien con un billete de tres euros, tranquilo.
El caso de la expresidenta de la comunidad madrileña, acusada de lo mismo, fue otra sorpresa: salió absuelta y le cayó la del pulpo a la funcionaria que le facilitó la trampa. Parece raro ¿no?, pues no digo que son el pan cada día pero sí que ocurren con cierta frecuencia, lo que nos lleva al punto de salida: una justicia tardía, lenta y arbitraria.
El serial del caso Gürtel nos sigue dando alegrías: todos los acusados o llamados a declarar ni saben, ni recuerdan, cuando hay grabaciones que les comprometen. El ejemplo más reciente es el paso de la que fue secretaria general del PP y ministra, cuando hay varias conversaciones entre Villarejo y María Dolores de Cospedal, que demuestran que el partido popular urdió un plan, contando con elementos policiales, para hacerse con los papeles de Bárcenas que dieron pie a todas las investigaciones incluido el llamado el caso Kitchen. A todo esto el exjefe de la UDEF confirma ante el juez las presiones del PP en el caso Gürtel.
Y ya puestos hablemos de otro asunto donde también intervienen ¿? Los tribunales. El llamado tribunal de cuentas, con una exministra de Aznar de presidenta y mayoría de vocales de los populares (que no quieren soltar el chollo) y por eso tiene bloqueado su renovación, en otra maniobra de filibusterismo, pues es otro chiringuito. Allí está un hermano de Aznar y una serie de “ex”. Conocemos la lista de morosos a doña Hacienda y muchos son repetidores, y te preguntas ¿cómo están por la calle? Parece otra.