La Policía Local tramitó el fin de semana siete denuncias por botellones en las zonas de Riazor, Orzán y la plaza de Vigo, identificando a varios jóvenes.
El primer fin de semana con los establecimientos de ocio nocturno reabiertos supuso la proliferación de reuniones grupales en la calle para beber alcohol y aglomeraciones a las puertas de los locales a la hora de cierre.
Concretamente, los agentes municipales sancionaron a tres personas que hacían botellón en la noche del sábado en la playa del Orzán, mientras que el viernes apercibió a otras cuatro por el mismo motivo en la plaza de Vigo, apuntó el Ayuntamiento.
Muchos de los negocios de la hostelería nocturna mantuvieron la verja bajada en el primer fin de semana de actividad del ocio nocturno después de más de un año. Así lo confirmó el presidente de Galicia de Noite y propietario de la sala Pelícano, Luis Diz, que, no obstante, extrajo un balance positivo de la primera noche de viernes, el día 2. “La gente tiene miedo a que si abren, la semana que viene tengan que cerrar. Quieren ser conservadores”, dijo Diz.
El propietario de Pelícano resaltó que el empeoramiento de los datos epidemiológicos de estos días se debe a los “desfases” de las pasadas semanas “por aglomeraciones en las calles”.
La normalidad marcó las madrugadas en la ciudad coruñesa, más allá de intervenciones puntuales para disolver “botellones pequeños”, indicaron fuentes municipales.
Los agentes reconocen que el botellón todavía no está erradicado, pese a que el Ayuntamiento lucha para lograrlo desde antes de la pandemia. La vigilancia, dicen, es “continua” en lugares como las playas, la finca de los Mariño, el merendero de Santa Margarita o las plazas de San Pablo, Lugo o Vigo, manifiestan.