Las noticias más recientes sobre los informes de la Gürtel, nos dan nuevos datos sobre la conjura policial para salvar al PP. Te cuentan a través de las ondas, lo repican los periódicos y se hinchan las redes sociales contando que jefes policiales de la UDEF del grupo dedicado a vigilar la Delincuencia Económica y Fiscal, retocando los informes elaborados por “uno de los buenos” dentro de las fuerzas de seguridad del Estado, retocando daros y pruebas para proteger a dirigentes populares. Estamos hablando de los años 2012 hasta 2014, con Mariano Rajoy en Moncloa, Luis Bárcenas de tesorero.
La operación consistía en cargarle a éste el marrón y salvar a los responsables políticos del Ministerio del Interior. Lo que se llamó “las cloacas del Estado”.
Otro de los datos que están sobre la mesa del juez-instructor se refiere a los secretarios generales del partido que, según el propio Bárcenas tenían conocimiento de una caja B para las entradas de fondos en efectivos por empresarios “afortunados” de conseguir obras.
Es Bárcenas, quien en sus famosos papeles, explica que los principales líderes populares durante veinte años –tanto en el gobierno como en el partido– conocían la existencia de esa caja B.
Se descubre también –ya conocíamos los datos de Valencia –que parte de esa financiación irregular iba a las sedes regionales del PP. Otra tuerca más en el historial de este gran estafa.
Con todo esto, y lo que ya se sabía, parece increíble los testimonios de altos cargos –con Rajoy a la cabeza– que una y otra vez insistir en no saber nada y no haber oído nada. Si así fuera ¿cómo puede gobernarse un país sin no te enteras de lo que pasa en tu casa? En una reciente entrevista radiofónica le preguntaron a Alberto NúñezFeijóo si “alguna vez había hablado de las acusaciones de corrupción a su partido y respondió: ahora que lo dice no. Nunca hablamos de eso .¿Curioso, verdad?
La casa común de los ciudadanos que aquí vivimos y ayudamos a mantener, las cosas pintan mal. En pleno rebrote de la pandemia nos dicen que otro verano más se suprimirán cientos de camas hospitalarias., en todas áreas sanitarias de Galicia.
Que los médicos piden refuerzos de personal; que hace meses que no se cubren las bajas. Que faltan pedíatras.
Otra vuelta de tuerca en una sanidad pública llena de carencias. De nuevo malas noticias.