La crisis económica del Deportivo y la política de ajustes que ha adoptado la dirección del club se va a llevar por delante al histórico delegado de la entidad blanquiazul, Juan Ángel Barros Botana, y, probablemente, también a José Ángel Franganillo.
‘Franga’, zamorano de nacimiento pero coruñés de adopción, lleva ligado al Deportivo desde la década de los ochenta. Ha acompañado a los cuerpos técnicos que pasaron por el equipo desde entonces y fue el encargado de la preparación física de las plantillas que levantaron los seis títulos oficiales que lucen en las vitrinas de la entidad blanquiazul. Cierto es que en los últimos años ha tenido roles secundarios, ya fuera en el área de la preparación física o desempeñando otro tipo de funciones. Esta pretemporada, sin ir más lejos, se le vio hacer grabaciones de los entrenamientos para el cuerpo técnico.
Detrás de una aparente seriedad, se esconde un tipo bromista, alegre, que ha sido testigo de los mejores momentos de la historia del club y también de la caída de los últimos años.
El club está en conversaciones con él con una propuesta de renovación a la baja, una invitación a salir, como la que ha recibido Barros Botana.
El elegante delegado del Deportivo, que en septiembre cumple 69 años, había decidido aplazar una temporada más la jubilación, pero los planes del club, que está inmerso en un Expediente de Regulación de Empleo, van por otros derroteros.
A ‘Barritos’ se le ha ofrecido una renegociación de contrato también muy a la baja, una forma de enseñarle la puerta de salida de la entidad deportivista. Lleva en el club desde 1991, cuando el equipo estaba todavía en Segunda División (ascendería unos meses después).
Historia viva del deportivismo y ex árbitro asistente de Primera División, fue testigo del ascenso del equipo coruñés a la máxima categoría en sus inicios y de los seis títulos oficiales del club.
En 2016, tras haber cumplido veinticinco años como delegado del Deportivo, fue homenajeado por el club el 1 de febrero en el encuentro ante el Rayo Vallecano en el estadio de Riazor, curiosamente el mismo rival y el mismo escenario en el que había debutado el 3 de febrero de 1991.
En 2008, 2016 y 2019 fue distinguido por LaLiga por su labor. Ese coruñés del barrio de Monelos, aunque criado en Redes (Ares), se acercaba ya a los 2.000 partidos como delegado del Deportivo.
Su momento más feliz, por encima incluso de los títulos del club, fue la promoción de ascenso ante el Betis en la temporada 1991-92 con Arsenio Iglesias como entrenador, tal y como confesó en las entrevistas que mantuvo con este diario. Unas cuantas.
Llegó a militar en juveniles del Oza y en modestos, pero a los 22 años cambió el traje de futbolista por el de árbitro. A los 25 ya estaba en Tercera e iba de línea a Primera y a Segunda. Con 29 años, un problema de salud le obligó a dejar el mundo del arbitraje.
Tanto a Barritos como Franganillo son leyendas del Deportivo, con una tremenda calidad humana.
El pasado viernes también fueron despedidos por el conjunto herculino el entrenador del equipo femenino, Manu Sánchez, y el responsable de la sección, Pablo Pereiro.
Además, varios jugadores están también incluidos en el Expediente de Regulación de Empleo del Deportivo, que cerró el ejercicio 2020-21 con unas pérdidas próximas a los nueve millones de euros.
El club ya se sacó de encima nóminas como la de Eneko Bóveda o Claudio Beauvue y espera seguir rebajando la carga salarial con las de Cartabia, Rolan, Borges y Uche Agbo.