A pesar de su céntrica localización, la calle de Mantelería es una de las que menos actividad tienen. Destaca por albergar un enrome solar que ocupa prácticamente la mitad de su extensión y por la llamativa cantidad de contenedores que alberga: más de doce en apenas cincuenta metros, lo que pasa por ser una de las mayores concentraciones de la ciudad. Ahora el Ayuntamiento pretende reformarla, porque lo considera uno de los puntos más negros de la zona.
“Es una guarrada”, admiten las fuentes de María Pita consultadas por este periódico. Conforme han pasado los años, la pequeña calle, en la que solo hay negocios cerca de su confluencia con la calle Barrera ha pasado a ser un aparcamiento de contenedores donde arrojan sus desperdicios los locales de la calle Estrella, donde existen varios establecimientos de hostelería. Acabar con esa tendencia no será fácil, admiten desde el Ayuntamiento.
Para empezar, Mantelería se encuentra dentro de la zona Pepri Plan Especial de Protección y Reforma Interior) que engloba Ciudad Vieja y Pescadería. Eso significa que cualquier actuación debe ser aprobada previamente por Patrimonio de la Xunta, lo que dilata los plazos pero el proceso ya está en marcha. El aspecto actual de Mantelería no es admisible dentro de los planes del Ayuntamiento, que proyecta convertir San Andrés en un bulevar. Con este fin en mente, los contenedores sufrirán una reorganización, agrupándolos en islas que sean más presentables.
En caso de resultar inevitable instalar contenedores para los vecinos en la vía pública, nunca se situarían en las calles principales, sino en los callejones transversales, pero lo importante es que desaparecerán esas filas de tres o cuatro contenedores que los coruñeses están acostumbrados a ver ocupando espacio en algunas de sus calles más emblemáticas y, en el caso de Mantelería, dar una nueva vida a un espacio que a día de hoy, sucia y abandonada solo sirve como depósito de basuras para las calles aledañas más bulliciosas.