Los talibanes capturaron Faizabad, en la provincia norteña de Badakhshan, la novena capital regional en caer en manos del grupo insurgente en menos de una semana, mientras el Gobierno de Afganistán continúa sumando derrotas sin precedentes.
Poco antes de la medianoche del martes, "Faizabad, la capital de la provincia de Badakhshan, fue capturada por los talibanes", afirmó este miércoles a Efe Hujatullah Khiratmand, diputado por esta región en la Cámara Baja del Parlamento nacional.
Después de días de enfrentamientos, los combatientes talibanes lograron anoche hacer retroceder a las fuerzas de seguridad y entraron en la ciudad, indicó.
De acuerdo con Khiratmand, "tras la llegada de los insurgentes, las fuerzas de seguridad y algunos funcionarios decidieron evacuar la ciudad" para trasladarse al distrito de Farkhar, de la provincia vecina de Takhar.
Los soldados se unirían en Farkhar con otro grupo de las fuerzas de seguridad que se trasladó allí en los últimos días, después de que el domingo pasado Taloqan, capital de Takhar, también cayera en manos de los talibanes.
Los habitantes de la ciudad están preocupados por su seguridad y la ciudad permanece cerrada debido a la situación de seguridad, detalló el parlamentario.
El principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, aseguró hoy en un comunicado que "nadie resultó herido en estas operaciones" y que todas las instalaciones oficiales de la ciudad están bajo control insurgente. "El enemigo huyó y los muyahidines los están persiguiendo", dijo Mujahid.
La montañosa y remota provincia de Badakhshan, que comparte frontera con Tayikistán, China y Pakistán, ha sido una región muy insegura durante años, con casi todos los distritos controlados por los talibanes.
Esta es la novena capital de provincia en ser conquistada por los talibanes en menos de una semana, tras lograr victorias sucesivas en las capitales de las provincias de Nimroz, Jawzjan, Sar-e-Pol, Kunduz, Takhar, Samangan, Farah y Baghlan.
Las fuerzas afganas y los talibanes mantienen además enfrentamientos en las provincias de Nangarhar, Laghman, Logar, Paktia, Uruzgan, Zabul, Ghor, Farah, Balkh, Helmand Kapisa, según el Ministerio de Defensa afgano.
En estas operaciones 439 talibanes murieron y otros 77 resultaron heridos, indicó Defensa sin precisar el número de bajas en sus tropas.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, viajó hoy a la provincia de Balkh, la única del norte del país que se mantiene bajo el control de las fuerzas de seguridad, después de que todas las demás provincias de la región cayeran en manos de los insurgentes.
En su visita, Ghani se reunió con funcionarios de seguridad y líderes políticos, incluido el ex vicepresidente y señor de la guerra Abdul Rashid Dostum, con los que trató la posibilidad de armar y coordinar a milicias de civiles para combatir a los insurgentes y aumentar el apoyo a las tropas.
El Gobierno de España ultima una operación para traer al país a intérpretes que colaboraron con militares españoles en Afganistán, donde tras la retirada de tropas internacionales temen por su vida ante el avance de los talibanes.
Fuentes de los ministerios españoles de Asuntos Exteriores y de Defensa confirmaron a Efe que estudian junto al de Interior cómo prestar ayuda a esos intérpretes que se sienten amenazados por haber trabajado para la coalición internacional, aunque no precisan su número.
Exteriores señala que están "cerrando los detalles de la operación" para que pueda "ejecutarse el plan de vuelta a España lo antes posible", dado el riesgo que corren en un país en el que los talibanes pueden tratarlos de colaboradores de las fuerzas extranjeras.
La ofensiva talibán está obligando a miles de afganos a abandonar sus hogares y muchos empleados civiles que trabajaron para tropas extranjeras se sienten especialmente amenazados.
El Gobierno estadounidense, que anunció a principios de agosto que expandía su programa de acogida de refugiados afganos, tramita ya unas 20.000 solicitudes de visado de intérpretes, conductores y otros exempleados que quieren mudarse a Estados Unidos junto a sus familiares -al menos 50.000 personas más- con el fin de ayudarles a salir del país antes de que acabe el mes, cuando concluirá oficialmente la retirada militar.
Las fuentes consultadas por Efe no precisan el número de personas que podrían llegar a España, si solo serían intérpretes o también otros empleados que colaboraron con las tropas españolas, como cocineros, mecánicos o conductores, ni si se incluirá a miembros de sus familias.
El grupo de trabajo de los tres ministerios está haciendo comprobaciones para una "identificación clara" de los implicados y para analizar el tipo de protección internacional que se les otorgaría a su llegada a España.
Los últimos 24 militares españoles destacados en Afganistán regresaron en mayo pasado, dando por concluida tras 19 años la misión más larga de Fuerzas Armadas españolas en el exterior.
Junto a ellos llegaron a España dos intérpretes, pero no se ha facilitado información oficial sobre el número de personas que ya han sido acogidas.
Los talibanes prometieron el pasado junio no atacar a intérpretes afganos y otros ciudadanos del país asiático que han prestado servicio a fuerzas militares extranjeras, mientras se extendía el miedo a represalias al aproximarse la fecha límite para la retirada anunciada por Estados Unidos para el próximo 11 de septiembre.
Los intérpretes debían "volver a sus vidas normales y, si son expertos en algún campo, servir a su país. No correrán ningún peligro", señalaron en un comunicado los insurgentes, que, sin embargo, consideran que estas personas han cometido "una traición contra el islam y el país" y deben "mostrar remordimiento por sus acciones".
En junio cientos de exempleados afganos de las fuerzas estadounidenses se manifestaron en Kabul para pedir a Estados Unidos visados especiales para ser evacuados del país junto a las tropas extranjeras ante la amenaza del avance talibán, que desde entonces no ha hecho sino acelerarse y en menos de una semana han caído en sus manos nueve capitales regionales, tras derrotas sin precedentes del Gobierno afgano.