rotunda advertencia, contundente documento, demoledor aviso, duras conclusiones, alerta roja ante el calentamiento global. Tales han sido algunas de las grandes valoraciones que estos días han acompañado a la publicación del sexto informe del IPCC o Panel intergubernamental sobre el Cambio climático, organismo constituido en 1988 en el seno de Naciones Unidas para ir trazando diagnósticos exhaustivos y precisos sobre la salud del planeta.
La verdad es que el texto en cuestión pone un poco los pelos de punta -valga la expresión- a expertos y opinión pública sensible a estos temas del cambio climático y conexos. De hecho, fulmina el escepticismo y el negacionismo y considera como algo “inequívoco” que “la Humanidad” ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra, lo que “ha producido cambios generalizados y rápidos” en el planeta. Y así, cada vez con mayor frecuencia e intensidad.
A juicio del IPCC, se trata de unas alteraciones “sin precedentes” en los últimos miles de años y que en algunos casos serán “irreversibles” durante siglos y milenios. Son eventos similares a las olas de calor, altísimas temperaturas, violentos incendios forestales y lluvias torrenciales que se están produciendo durante las últimas semanas en distintas partes del globo y que están aumentando en intensidad y frecuencia debido al calentamiento generado por el ser humano, según ratifica el informe. Episodios como las inundaciones en el oeste de Alemania, el “diluvio” caído sobre la región china de Henan y los más recientes y virulentos incendios en Grecia y Turquía están más que presentes en la mente de todos.
El incremento de la temperatura media global está ya en 1,1 grados respecto a los niveles preindustriales, y el ritmo del calentamiento planetario es tal que no hay precedentes de un proceso similar en al menos los últimos 2.000 años.
La próxima gran cita mundial será la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático a celebrar en Glasgow en los primeros días de noviembre próximo . Es la llamada COP 26.Y ya en la ciudad escocesa, expertos y políticos tendrán sobre la mesa el informe del IPCC y tendrán que tomar decisiones clave. Será el momento de la verdad.
Todo lo que se necesita -dicen los entendidos- para acabar con los combustibles fósiles y los impactos exponenciales del cambio climático es factible. Pero depende de que las soluciones avancen exponencialmente más rápido que los impactos y de que el mundo se ponga en camino de reducir a la mitad en 2030 las emisiones globales. Una fecha que como bien se ve, está ahí a la vuelta de la esquina.
En palabras de la ministro española de Transición ecológica, Teresa Rivera, es tiempo de actuar y de hacerlo ya. Las esperanzas de evitar los escenarios peores pasan por la cumbre de Glasgow, en la que se tienen depositadas grandes esperanzas. Veremos. Hay motivos y antecedentes suficientes para el escepticismo.