hace un tiempo preguntaron a José Mota como veía la situación del humor y el polifacético manchego contestó que “el humor cada vez transita por pasillos más estrechos y eso no es bueno. Al humor no hay que tenerle miedo. Pienso que el humor nos hace más libres, más grandes y más tolerantes. Una sociedad que no abraza el humor es una sociedad un poquito enferma”.
Pero corren malos tiempos para el humor. La crisis sanitaria y su deriva económica, la carestía de la vida, la incertidumbre e inseguridad ante el futuro, la mediocridad política y la pandemia de la crispación que polariza peligrosamente al país, junto a otros problemas de la realidad prosaica, bloquean nuestras mentes. Tantos y tan variados problemas nos arrebataron parte de la alegría, perdimos el sentido del humor y, en consecuencia, reímos poco. Los gallegos hasta estamos perdiendo la retranca que casi nos define y caracteriza.
“Me fui a ser feliz, no sé cuándo vuelvo”, decía la leyenda de una pancarta que debería estar colgada en las calles de todos los pueblos porque buscar la felicidad es la señal de que también se abraza el humor para endulzar la vida con una risa abierta, que es el mayor lujo que podemos ofrecernos en tiempos de crisis.
Ese es el objetivo de la iniciativa que lleva a trece cómicos a recorrer Galicia en el ciclo de humor Cómicamente impulsado por varias empresas con el apoyo del Xacobeo 21-22. Son trece diestros y acreditadis humoristas, con pedigrí gallego y muchas tablas, que con su imaginación prodigiosa encandilan al público con monólogos divertidos y didácticos, con historias inverosímiles, diálogos surrealistas, críticas ardorosas a los que mandan -siempre elegantes-, con chascarrillos y sentencias sobre las variadas situaciones de lo cuotidiano, las convenciones sociales o la vida en pareja.
Carlos Blanco, Luis Piedrahita, José A. Touriñány diez colegas más del mismo nivel llevan en sus cabezas creativas la vacuna del humor que inoculan al público de las ciudades y de varios ayuntamientos provocando una risa franca, que es el remedio salvador en estos tiempos duros y complicados.
Seguro que consiguen inyectar dosis de alegría a raudales y divertir al público provocando sonrisas y carcajadas sonoras, que son la terapia adecuada para que la gente se evada y deje de preocuparse durante unas horas por la cruda realidad O al menos que la contemple desde una perspectiva más sosegada.
Por todo eso, pleno acierto del Xacobeo, porque esta esta pléyade de cómicos gallegos garantizan que en Galicia reine durante varios días el humor, que es el burladero dónde hay que parapetarse para que la realidad nos agreda con menos fuerza. Disfruten de sus genialidades.