Hay que decirles a los del no por el no que no es así. Advertirles a los filibusteros que tienen secuestrados a los altos organismos judiciales, que cuando España va bien es que todo va mejor, y que tampoco es cierto que cuando está el PP al timón recuerden las políticas marianistas; no se olviden de los casos de corrupción ni de las cloacas policiales.
Ahora con lo de Afganistán, el PP busca cualquier resquicio para cargar contra el gobierno y ayudados por su artillería mediática husmean entre las miserias de un conflicto armado, como pueden culpar al ejecutivo español.
Esa indecencia es desmentida cada día pese a los bulos que escupe el señor Casado y los relatos y videos de lo que allí pasan son reflejados por el diario The Washington Post y la cadena norteamericana ABC: militares y policías españoles acompañando a los menores, cargando los equipajes de familias que huyen y dirigiendo la operación de manera eficaz pero amable: son frases de los medios yanquis acompañadas con fotos y videos.
Pero hay más: Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha dicho que “España es un ejemplo para Europa”.
Y de una manera parecida, sellada con acuerdos, se manifestó el presidente de Estados Unidos. Y con todo esto, el primer partido de la oposición –esa derecha que lleva caminando al centro desde los siete magníficos de Fraga– sigue pensando que cuanto peor mejor para ellos.
Y se afanan sus conocidos voceadores en embarrar el terreno. Pero ahora en el siglo veintiuno, el ciudadano tiene un mayor conocimiento (la tele te ofrece en directo guerras y otros conflictos) y no hay censura que pare lo que está pasando sea un tsunami, un levantamiento militar, la codicia de un emérito ni las trampas de un partido.
Lo que pasa es que el personal ya tiene asumido que de la derecha –sea extrema o medio pensionista– no se pueden esperar más que coces.
Antes del conflicto de Afganistán el arma arrojadiza del PP era el maldito Covid-19 y nos quiso plantear la pandemia como la peste que relató Kafka.
Esta gente sí que es una auténtica pandemia. Y no pueden ganar los del no; patriotas de hojalata que quieren convertir esto en su finca y a los ciudadanos en objetos pasivos.