En el Reino Unido algunos se sienten como los protagonistas de una película postapocalíptica y acaban a puñetazo limpio en una gasolinera para hacerse con un litro de combustible. No lo querían para huir de la civilización que se desmoronaba, pero casi. Y es que incluso los más acérrimos defensores del Brexit se están dando de cabezazos por algunas de las consecuencias del gesto de chulería más grande en décadas. La más grave, de momento, es la escasez de cerveza y de gasolina. Muchos no pueden decidir cuál afecta más a su vida, pero están dispuestos a pegarse por ellas. FOTO: Surtidores inutilizados | efe