Ahora ya se encuentra en su prado, mascando inocentemente hierba, pero la noche anterior “Castaño” había decidido vivir una aventura: a las ocho de la tarde, cuando ya era noche cerrada, escapó de la parcela donde se encontraba, en San Vicente de Elviña, y decidió recorrer Alfonso Molina. Llegó a trotar unos cientos de metros por la AP-9 hasta que alguien lo atrapó y lo ató al quitamiedos, donde se lo encontraron los agentes. Poco después, su dueño lo recogía a la altura de la gasolinera y regresaba al redil.
“Es muy manso”, asegura Kevin Pena, hijo del propietario, que ha vivido rodeado de caballos. Lo tienen desde hace cuatro años, y “Castaño” siempre se ha portado bien. Acude a un silbido de Pena y se deja acariciar mansamente para luego regresar a su pasto cuando le dan la orden. “No sé cómo escapó”, confiesa Pena, aunque sabe por dónde: existe un camino que lleva directamente a Alfonso Molina desde su prado.
Su aventura recuerda la de “Whisky”, otro caballo de San Vicente de Elviña que escapó a las ocho de la mañana del 25 de junio de su prado y trotó por Alfonso Molina, causando sensación y atascos en plena hora punta. Como en el caso de “Castaño” todo acabó en una anécdota y en un vídeo en las redes sociales.