El periódico del 14 de noviembre abría con la desactivación de una bomba en la Alameda de Santiago y con la petición de Ramón Sampedro a los jueces para que le permitan "una muerte digna".
La Coruña es diferente. No sólo por la Torre de Hércules, las galerías, el Paseo Marítimo o su clima incorregible. La originalidad llega al cruce del nuevo acceso a Pocomaco, ocupado a diario por empleados de Continente que, contra lo que dicta la ley, desempeñan labores de regulación del tráfico. Esta circunstancia ha provocado ya más de un conflicto entre los automovilistas y los guardias jurados contratados por la superficie comercial, pues los primeros consideran que no tienen por qué cumplir las indicaciones de los segundos. Incluso el concejal de Seguridad Ciudadana, José Nogueira, reconoce que los empleados de Continente no deberían regular el tráfico en la zona: "Muy legal no es", explica.
Los artificieros de la Policía Nacional desactivaron ayer un artefacto explosivo que se encontraba situado en la Carballeira de Santa Susana, en el céntrico parque de la Alameda compostelana. Según informó en una escueta nota el Gobierno Civil, el artefacto, que se encontraba en el seno de una fiambrera metálica rodeada de cinta adhesiva, era de escasa potencia. El comunicado, sin embargo, no hace alusión alguna a la autoría de la colocación del paquete que fue localizado, al igual que el primer artefacto colocado por ETA en Santiago, por un empleado del servicio de limpieza del Ayuntamiento que alertó a las fuerzas de seguridad.
Ramón Sampedro dio ayer un paso más hacia su anhelada muerte. Tetrapléjico desde hace 28 años, Ramón acudió a la vista de una demanda en la Audiencia Provincial de La Coruña en la que solicita su derecho a morir dignamente. Aunque habrá que esperar un tiempo a que se reconozca la resolución de la Justicia, Ramón recibió ayer su primera desilusión. A pesar de que en estos últimos años ha demostrado que tiene argumentos para defender su caso, el trámite judicial no le permitió exponer su petición personalmente a los jueces. Sin embargo, su viaje desde Xuño, localidad de Porto do Son donde reside, no fue en vano, su presencia en la sala ayudará sin duda a que los letrados mediten sobre si le conceden el derecho a decidir sobre su vida. Una vida que, según Sampedro, tiene sentido, al igual que la muerte.
Ni frío ni calor. La plantilla deportivista acogió de buen grado el retorno de Bebeto al fútbol español y la mayoría de los jugadores cree que el delantero brasileño hará un buen papel en el Sevilla. Alfredo, Djukic, José Luis Deus, Donato, Mauro Silva, Fran, Martín Vázquez entre otros dejaron claro que Bebeto es parte de la historia del Deportivo, "un rival que a ningún defensa le gustaría tener delante", coinciden todos. Es posible que Bebeto juegue, si Camacho lo estima oportuno, dentro de quince días contra el Deportivo en el Sánchez Pizjuán.