El conflicto laboral entre la Policía Local y el Ayuntamiento se recrudece y la crispación ha aumentado en los últimos días, ya que los profesionales del 092 han acordado llevar sus reivindicaciones a diferentes actos institucionales y políticos.
Las protestas eran, desde mayo, continuas pero silenciosas y los agentes se ubicaban cada día en María Pita con pancartas y consignas, pero en la última asamblea decidieron “hacer ruido” y eso los ha llevado a diferentes escenarios para boicotear intervenciones del Gobierno local. Ayer mismo se desplazaron a los jardines de Méndez Núñez, donde el concejal de Educación, Memoria Histórica, Innovación, Industria y Empleo, Jesús Celemín, participó junto a otros ponentes en la inauguración de una exposición, e hicieron sonar silbatos y sirenas exclusivamente durante su discurso.
“Básicamente pedimos que se cumpla el acuerdo de 2019 al que se llegó con la Marea, especialmente en los ámbitos de la peligrosidad y de la carrera profesional. La mesa técnica de Policía Local lleva desde julio sin celebrarse y con este Gobierno no cabe lugar a negociación”, denuncian desde la Asociación Profesional de Policía Local.
Pese a que el Ayuntamiento afirmó hace meses que haría frente a todas las demandas de los policías relacionadas con los medios materiales, la plantilla no se muestra satisfecha. “Nos compraron siete coches pero la flota es de más de 60 y hay algunos a los que no les funciona el aire acondicionado, otros tienen fallos en las ventanillas... No tenemos chubasqueros y los chalecos que estaban licitados aún no han llegado”, declaran.
Reclaman que se retomen las conversaciones, “algo que no existe con el concejal de Personal”, refiriéndose a José Manuel Lage Tuñas, a quien acusan de rehusar “todo tipo de negociación”.
Los agentes del 092 se niegan, por tanto, a hacer horas extra mientras dure esta situación de tensión, ya que no quieren “salvar la imagen” del Ayuntamiento en Seguridad Ciudadana.
“Solo quieren quedar bien de cara a la galería, anunciando que reforzarán la vigilancia de la doble fila o del botellón, pero no son dispositivos reales”, alegan.
La inseguridad ciudadana ha saltado últimamente a la actualidad coruñesa y ha habido protestas desde una plataforma vecinal de Os Mallos contra la ocupación ilegal, los hurtos y el tráfico de drogas en su barrio, y desde la asociación Ensenada del Orzán, por los problemas derivados del ocio nocturno. Todos reclaman más policía, pero el conflicto laboral no hace más que agravarse.