Afundación celebró este lunes, en su sede de A Coruña, una jornada de homenaje a las personas voluntarias y participantes en el programa 'Pedalear y conversar', una iniciativa impulsada desde el área de Mayores de la Obra Social de Abanca.

Se trata de una actividad que se enmarca en el movimiento internacional 'En bicicleta sin edad', iniciado en Dinamarca y que está presente en más de 50 países. En el caso de Galicia, lo implantó Afundación en 2021.

En estos momentos, según se expuso en el acto de homenaje, un total de 29 personas participan actualmente como voluntarias en A Coruña, con un recorrido global en 2023 de más de 2.700 kilómetros, acompañando a 423 beneficiarios, personas con movilidad reducida.

Así lo explicó el coordinador adjunto del área de Mayores, Juanjo Castro, junto a los asistentes, entre ellos Pilar Fernández y Manuel López, voluntarios del programa, y usuarias como Carmen Martínez o María José Villares.

También han participado Marta Bouza, del área de Mayores de Afundación, y Clara García, en representación de uno de los centros de día que colabora, Saraiva.
 

Triciclo

Y es que con triciclos eléctricos especialmente adaptados, este programa de acompañamiento busca ofrecer a las personas beneficiarias la oportunidad de salir a la calle acompañados de los voluntarios que manejan este tipo de transporte en el que los y las participantes van y pueden conversar con sus acompañantes o con la gente con la que se encuentran en la calle.

"Nos reímos, vamos contando chistes", ha explicado María José Villares, que ha indicado que le permite salir de la rutina y volver a ver espacios de la ciudad herculina a los que ya no solía ir como la playa.
 

Esta iniciativa, que se lleva a cabo también en Pontevedra y Vigo con un total de 40 voluntarios en la comunidad autónoma, supone, en palabras de Clara García, del centro de día Saraiva, dar a los participantes "beneficios múltiples" con "emociones y recuerdos que les generan los paseos". "Los voluntarios son uno más del centro", ha dicho sobre la experiencia en su caso y la implicación de estos con las personas usuarias.

"Ojalá hubiese muchas más entidades implicadas en ayudar a esta maravillosa generación", ha apostillado, a su vez, Manuel López, uno de los voluntarios, en relación a las personas de edad avanzada que en su caso ayudó. También recordó, como anécdota, que esta actividad le permitió volver a ver a una vecina a la que le repartía el correo cuando era cartero.

Las mismas sensaciones positivas ha trasladado Pilar Fernández, que colabora en otras actividades de voluntario, pero que ha resaltado que le gustó esta y que, a pesar de no ser muy aficionada a la bicicleta, decidió apuntarse y hacer el curso de formación de tres horas y las prácticas que conlleva este programa, antes de poder sumarse a la actividad.

"Les permite salir de su rutina", ha apuntado, a su vez, la hija de Carmen Martínez, otra usuaria que se encuentra en una residencia de Bastiagueiro, en el municipio coruñés de Oleiros, y que ha destacado los paseos que pudo hacer por la zona.