Un total de 500 firmas vía registro presentaron en el Ágora las diferentes comunidades de vecinos de las llamadas Casas de Franco de la ronda de Outeiro. En solamente tres días los residentes en los portales que van del 257 al 261, un total de 141 viviendas, han logrado un fuerte apoyo social en el barrio de O Ventorrillo para detener primero y modificar después el plan de humanización que lleva a cabo el Ayuntamiento, y que le ha costado a la concejalía de Infraestructuras casi medio millón de euros.
Lejos de buscar un enfrentamiento directo con el Gobierno municipal, los residentes esperan que la demostración de músculo social haga recapacitar sobre el proyecto. De hecho, dentro de las reclamaciones de la recogida de firmas está una reunión con Inés Rey y José Manuel Lage. “Siempre somos optimistas, y en este Ayuntamiento confiamos mucho”, indica la portavoz de las comunidades, Pilar Castro. “Nos sentimos en un gueto, como si fuéramos el nuevo Penamoa”, añade.
Y es que los residentes no entienden la razón del muro de un metro y medio de altura que separaría sus portales de la calzada, y que estaría destinado a la creación de una zona de aparcamiento. El próximo viernes han convocado una concentración, entre las 12.00 y las 12.10 horas, para hacerse oír.