En pleno tira y afloja entre el Ayuntamiento y la plataforma vecinal de las Casas de Franco respecto al proyecto de humanización de la zona se le abre al Gobierno municipal otro frente rebelde y de discrepancia al hilo de la idoneidad de sus actuaciones. Se trata de los vecinos de A Falperra y la arboleda de la calle de Pla y Cancela. Un total de 720 firmas para la sustitución de la misma fueron presentadas vía registro, una cifra que podría haber sido mayor, según dicen, de haber aceptado apoyos externos al barrio.
Calificados por los afectados de "árboles de película de terror" y de "nocivos", algunos de los firmantes acompañan sus protestas de testimonios respecto a la influencia de la arboleda en su día a día. "Algunos se quejan de no poder abrir las ventanas, otros de que les quitan luz o de que se meten dentro de sus casas", explica Jaime Suárez, presidente de la asociación vecinal y encargado de dar entrada en María Pita a la protesta popular. "Llegan en ocasiones hasta el quinto piso, son árboles de 20 metros, más apropiados para el monte que para una ciudad", añade.
Las firmas no se quedan en una simple manifestación en contra de la arboleda insistente, sino que proponen como alternativa "un proyecto que incluya otros árboles más bajos, en los que el mantenimiento sea más sencillo". De hecho, tampoco quieren los vecinos que su acción se entienda como una confrontación con el Ayuntamiento, sino un llamamiento para que se les tenga en cuenta. "Hay que contar con los vecinos a la hora de tomar las decisiones, y es precisamente esa la intención de las firmas: que vean cuál es nuestro parecer y que estamos pendientes para tener un encuentro con ellos", indica Suárez, que dirige sus palabras a Nereida Canosa, concejala de Infraestructuras.
Por su parte, la voluntad del Ayuntamiento sigue siendo de diálogo respecto a un proyecto para la zona que mejorará y cambiará por completo el actual aspecto de Pla y Cancela. El pasado 31 de enero, fuentes municipales afirmaban: "Hemos quedado con los vecinos en que antes de empezar los trabajos estaremos con ellos sobre el lugar para abordar cualquier problemática". No ha cambiado ni un ápice el discurso y esas mismas fuentes dicen: "Vamos a hablar con todos, como siempre. La voluntad es de diálogo y, si se puede hacer una mejora, estamos abiertos a ello".
Sin embargo, en noviembre de 2023 el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, respondió personalmente a una información de este diario acerca del descontento vecinal y calificó la arboleda de Pla y Cancela como "una necesidad". "El proyecto contempla la conservación del arbolado existente y la plantación entre cada uno de los árboles de nuevos ejemplares de otra especie, Acer Freemani. El arbolado de las calles no es algo estético, es una necesidad, las últimas intervenciones en A Falperra han introducido todas arbolado y ampliado la superficie permeable".