Cada vez son más las personas que buscan encaminar su futuro hacia el sector público. La conciliación familiar y la mejora en la calidad de vida son dos de los aspectos que a lo largo de los últimos años predominan ante las condiciones de la empresa privada. Las academias de oposiciones juegan un papel muy importante en la preparación de lo que es una gran carrera de fondo con vistas al sector público. Los centros de preparación coruñeses aprovechan este nuevo auge de gente que aspira a trabajar en el sector público, aunque confiesan que parte de esta tendencia al alza se debe a la incertidumbre y la inseguridad de cara al mercado laboral actual.
Máster.D, ubicada en el barrio de Matogrande pero con delegaciones en todo el país, asegura tener más de mil alumnos matriculados (1.041) en su academia de la ciudad herculina. “Hay cuatro ramas en concreto que se llevan la palma: cuerpos y fuerzas de seguridad, sobre todo, Policía Nacional y Guardia Civil; Administración, que engloba Ayuntamiento, Xunta y Estado; Sanidad, y área de Justicia y Penitenciaría”, confiesa Erika Abeleira Padín, responsable docente en la delegación coruñesa. Para Abeleira, el papel que desempeñan las academias es “fundamental”, pero asegura que la disciplina y la autoexigencia tienen que venir ya de casa.
Ana Leis, directora de Empléate, en la calle San Andrés, cree que el acompañamiento emocional es un aspecto muy importante a lo largo de todo el proceso de los opositores: “Aquí no solo trabajamos la parte de contenidos. Es una carrera de fondo en la que el estado anímico de una persona cambia mucho. La labor de la academia es mantener la ilusión del alumno y hacer que esa siga presente en todo momento”. Para conseguir esto, cada centro tiene sus estrategias. Empléate, por ejemplo, proporciona un seguimiento personalizado, desde clases presenciales a un formato streaming con tutorías, que permite adaptarse en función del alumno.
Nós Oposicións, sin embargo, apuesta por otro método. “A post pandemia fixo que a xente optara por unha preparación online. Nós vimos que eso limitaba moito o rendemento dos grupos. Por iso, decidimos que hai que asistir a moitas clases de xeito presencial, aínda que mantemos a ensinanza híbrida. A presencialidade proporciona unha interacción que non existe doutra maneira. A nosa estratexia vai por combinar eses dous métodos”, apunta Alfonso Villares, uno de los socios fundadores de una de las academias más importantes de toda Galicia, que cuenta con dos delegaciones en A Coruña. Esta estrategia hizo que el año pasado 225 alumnos suyos de toda la comunidad obtuvieran plaza en alguna de las especialidades del sector educativo.
Las tres academias coruñesas coinciden en que, en los últimos años, el número de matriculados ha subido, sobre todo, de una franja de edad determinada. Aunque el perfil de estudiante recién titulado sigue teniendo el mismo peso, cada vez son más las personas entre 40 y 55 años que optan por emprender su futuro hacia el sector público. “Ya no nos encontramos con ese público joven que viene tras acabar una carrera o un FP, ahora nos estamos encontrando con más gente de un perfil no cualificado que busca esa cualificación de cara a una oposición”, explica la responsable de Máster. D.
Sobre esto, la academia de Matogrande observa que, normalmente, el perfil joven tiende a optar a grupos más altos de oposición y el más maduro busca sacar más rendimiento en menor tiempo de estudio; es decir, opta a grupos inferiores o de menor responsabilidad. Un aspecto importante para estos opositores es la conciliación laboral y la conciliación. “Predomina mucho más la calidad de vida de un funcionario, aunque los salarios sean más escuetos, que en la empresa privada. “En nuestra academia, la media ronda los 35 años”, comenta Leis, de Empléate. En Nós explican que la tendencia sigue “unha mesma liña”. “Os recén titulados son os mesmos; o que cambiou foi a matriculación da xente máis maior, que decide facer ese esforzo para lograr esa estabilidade que proporciona a administración pública”, concluye Villares.