Cuatro manifestaciones, dos caceroladas y tres reuniones después los vecinos de las Casas de Franco y el Ayuntamiento se encuentran en un punto común acerca del proyecto de humanización. Al menos esa es la primera valoración de la plataforma de residentes nada más salir por la puerta del Palacio Municipal, donde han mantenido una reunión con Inés Rey y su equipo que se extendió durante noventa minutos.
El partido se antojaba largo y trabado, pero la voluntad de ambas partes lo hizo mucho más amistoso que anteriores ocasiones. Después de la última cacerolada la sensación era de optimismo. Y al poco de comenzar llegó el primer gol: el muro se rebaja a cota cero, los cables de media tensión encuentran una vía alternativa y los accesos para personas con movilidad reducida satisfacen a todos.
El momento de idilio queda a expensas del proyecto físico que presente el Ayuntamiento pero, esta vez sí, parece que el acuerdo y la humanización van en el mismo barco.