La alcaldesa, Inés Rey, pidió ayer “máxima agilidad” en el informe pericial para poder reabrir el aparcamiento de Os Mallos o, por lo menos, una de sus plantas. El parking subterráneo sufrió un incendio el pasado 26 de diciembre que calcinó tres vehículos por completo y otro de forma parcial.
Todavía se desconoce cuál es el coche que ardió primero. La Policía Científica ha mandado las pruebas a Madrid, y mientras no dilucide cuál fue la causa del incendio, el responsable del aparcamiento, José Salgado, no puede dar inicio a los trabajos de limpieza, por lo que continúa inoperativo. “Entiendo el cabreo, las molestias y el enfado”, dijo la regidora, en relación al malestar de los usuarios que ahora tienen que buscar alternativas para estacionar sus vehículos.
“Hay una investigación judicial para conocer las causas, pero también se están elaborando los informes para determinar responsabilidades, saber a cuánto ascienden los daños, si está comprometida la estabilidad del parking, etc”, dijo Rey. Además, añadió que “estamos pidiendo agilidad a las compañías para que, por lo menos, se pueda reabrir la primera planta, lo que solucionará en buena parte el problema de los usuarios”.
La grúa continuaba ayer retirando los vehículos afectados por el fuego que todavía permanecían en el interior del parking subterráneo. “Tenemos un problema grandísimo, porque no hay donde meter un coche”, reconocía Salgado. El barrio de Os Mallos no cuenta con espacio para aparcar, dado que la mayor parte de los edificios se construyeron sin garaje. “Hemos rogado al Ayuntamiento que busque solución, que habilite un descampado o lo que sea”, explicó Salgado, que aseguró que “Os Mallos ya estaba colapsado, y ahora hemos enviado para arriba 500 coches más los que aparcaban por hora, que eran otros 300”.
El gerente del aparcamiento indicó este mismo jueves, además, que todavía no conoce el procedimiento de actuación. “No puedes pedir un presupuesto porque te pregunta ‘¿A qué seguro vamos a reclamar?’ Y no lo sabemos”, señala el afectado, de 84 años, que desconoce cuándo podrá retomarse la actividad en el inmueble.