La Fundación María José Jove celebra un año de actividad del primer museo 100% virtual del mundo, el MUV, una iniciativa que sitúa al usuario en un lugar imaginario de Galicia, entre bosques y junto al mar, dentro de un edificio de diseño pensado por los arquitectos Creus y Carrasco.
El museo, en el que la entidad ya trabajaba antes de la pandemia, es una plataforma para el arte y la cultura, un entorno virtual y digital interactivo, abierto a nuevas formas de incidir en la investigación, en la comunicación y en la transferencia de conocimiento a través de la práctica artística.
El espacio, al que puede accederse desde cualquier ordenador en la web http://muv.fmjj.org/, pero que con unas gafas de realidad virtual se convierte en una experiencia totalmente novedosa, es pionero, cuenta con 3.000 metros cuadrados y es “flexible, nómada y accesible”.
“El MUV hace posible nuevos modos de producción, de difusión y de accesibilidad, a través de acciones artísticas experimentales en entornos tecnológicos y virtuales”, explica la Fundación.
Junto con las acciones desarrolladas en formato virtual, en su primer año ha apoyado proyectos innovadores de difusión, investigación, mediación cultural y producción artística, que se articularon en torno a temas troncales como la preservación del patrimonio cultural y natural, la mirada al rural de Galicia y a la sostenibilidad del territorio.
Con el apoyo de la Diputación, el MUV desarrolló dos trabajos de investigación: “Arquitectura límite. Construcción industrial en el borde litoral” y “No curso da auga”. En el primero se documentó y debatió en torno al patrimonio arquitectónico situado en la costa de la provincia de A Coruña y, en el segundo, sobre la arquitectura situada en los distintos cauces fluviales de ese territorio.
“Desde el MUV incidimos en aportar conocimiento investigando sobre lo que nos rodea e invitando a expertos a debatir sobre ello. Nos interesan aquellos temas que se articulen en torno a la preservación del patrimonio cultural y natural, así como su sostenibilidad”, comentan.
“No curso da auga”, la última iniciativa, debate en torno al patrimonio situado en los cauces fluviales de la provincia coruñesa. Así, se han inventariado 2.000 inmuebles que han sido clasificados en molinos, batanes, lavaderos, fuentes y “pesqueiras”. En la comarca betanceira se incluyen enclaves como el lavadero de Os Ánxeles (Betanzos) y tres molinos en Vilasantar: el de O Xuezo, el de Opa y el de O Fachal.
El MUV también trabajó este año en cuatro escuelas rurales coruñesas para fomentar la accesibilidad a la cultura y, especialmente, al arte contemporáneo, de los menores de las aldeas gallegas, además de posibilitar residencias creativas como la de la artista argentina Irene Kopelman y exposiciones como “Camiño Negro”, de Damián Ucieda, entre otras iniciativas.