La cadena de perfumerías Primor abrió sus puertas en el Cantón Pequeño de A Coruña el 12 de marzo, pero quince días después fue cerrada por orden municipal al carecer de licencia para su reforma. Más de un mes después, el establecimiento sorprendió con su reapertura y, aunque continuó su actividad con normalidad, fue en junio cuando la Junta de Gobierno local concedió la licencia para las obras de adecuación de su fachada a la normativa Pepri (Plan Especial de Pescadería y Ciudad Vieja). 

Los trabajos comenzaron a principios de julio y este miércoles, más de tres meses después, ya se puede observar el resultado: la puerta se ha desplazado a un lateral y ahora en el centro, donde antes se accedía al interior, hay un gran ventanal con el logo de la marca. De esta forma la perfumería pone fin a unos meses de constantes movimientos.

El edificio de Primor cuenta con protección de nivel integral, por lo que la compañía tenía que recuperar la fachada de la planta baja. Hay que remontarse a 2013, cuando se aprobó el Pepri. Desde entonces, los edificios históricos que vieron modificadas sus fachadas o volumetrías deben recuperar su disposición original si se someten a una reforma en la actualidad.  

La licencia del edificio de Primor data de 1925. Dos años después abrió en él una sucursal de The Anglo-South American Bank, que se había instalado provisionalmente en Payo Gómez y en el verano de 1927 estrenó edificio en el Cantón. 

La fachada se modificó por los negocios anteriores a Primor, como Banesto, pero estas reformas fueron previas al Pepri, que en su artículo 61 establece que cuando se realicen obras de adecuación arquitectónica en las fachadas y elementos exteriores de los edificios será obligatoria la recuperación de las características arquitectónicas y formales originarias del conjunto. El artículo 62, además, indica que las plantas bajas deben tener coherencia con las características arquitectónicas del edificio y del contorno urbano histórico.