La bomba económica que supondrá para la ciudad el Mundial 2030 ha prendido su mecha: el primer local de hostelería con su nombre es ya un proyecto en firme y estará directamente relacionado con cómo en su día se exprimió a Naranjito: la cafetería Nuevo Mundial 82 de la Sagrada Familia.
Podría realizarse un recorrido por los acontecimientos históricos y sociales de A Coruña en base al bautismo recibido por sus locales de hostelería. Así, desde la Torre de Hércules al Farum pasando por los Zúrich, Switzerland o Suiza de emigrantes retornados existe un relato más o menos evidente en los bares, cafeterías y restaurantes. No escapan a esa regla no escrita ni el deporte, ni el fútbol ni mucho menos el Deportivo, especialmente alrededor de la zona del estadio de Riazor. De hecho, el Mundial 82, quizás el gran dinamizador de la ciudad en la recta final del siglo XX, llegó a dos bares a la vez en referencia al paso de Perú, Polonia y Camerún por la ciudad.
Hoy solamente sobrevive el de la calle Alberto Datas Panero. Su dueño, Juan Rodríguez, ha decidido no quedarse anclado en el pasado y mirar al que posiblemente sea el gran acontecimiento en el horizonte: la próxima apertura que realice llevará por nombre el Mundial 2030. “Mi ilusión es abrirlo en el centro y mi intención es que sea en la zona de María Pita o alrededores”, afirma un hostelero que ya regenta el nuevo Dinos en la plaza de España, además de la Bodega Barcia o el centro social de la Sagrada Familia. Sin embargo, el que será la primera referencia comercial al evento, no cruzará una línea roja para Rodríguez: ser fiel al bar de toda la vida. “Lo que funciona no se debe tocar y creo que debe estar arraigado a la tierra y con un producto y un servicio muy tradicional”, una vuelta a la comida de nuestras madres, advierte. “Será plenamente dedicado al fútbol”, matiza un deportivista confeso, con un confesable pecado: el guardiolismo.
El Nuevo Mundial 82 es en realidad un hijo más de la EGB y podría funcionar a la perfección como tienda vintage. Se trata de una experiencia más que recomendable para futboleros de la época de la parabólica y el VHS, pero también para quienes crecieron rellenando cuadernos de Vacaciones Santillana: figuras de cerámica, recortes de prensa y hasta murales con recreaciones de momentos como el gol de Puyol contra Alemania en 2010. El nacimiento del local se remonta a otra fecha que años más tarde quedaría grabada a fuego para la ciudad: el 19 de mayo de 1981. Exactamente 19 años después del Depor ganaría la Liga. “En aquella época era un local muy modesto y con mucha actividad”, recuerda su propietario, quien en principio no era el destinado a ponerse al frente del proyecto. “Era para un primo, con mis padres emigrados en Suiza, pero hubo un accidente, falleció, y hubo que dejar todo en Ginebra”, agrega.
Hoy el fútbol en la hostelería es un lujo al nivel de un salario de media jornada. Sin embargo, Rodríguez no entiende el Mundial 82 sin un producto completo. “En su día llegué a tener parabólicas de aquellas enormes. El fútbol siempre engancha”, sentencia.
La hostelería no es el único sector que trabaja con un reto a seis años vista. Sin embargo, según el que será responsable del primer bar Mundial 2030 no cree que haya que cambiar demasiado. “Todo lo que sean grandes eventos nos sitúa en el mapa a nivel mundial, pero estamos preparados de sobra”, finaliza.