Mantener las paredes de la ciudad limpias de grafitis es una lucha constante. Cada día, los operarios limpian una media de 25 pintadas que el Ayuntamiento considera que afean las calles. En 2021, creó la Oficina Virtual del Grafiti (OVG), que se ocupa de combatir este problema y que solo el año pasado realizó 2.334 actuaciones.

La cifra asciende a 40.000  desde su puesta en marcha. La alcaldesa, Inés Rey, considera importante avanzar en esta tarea, por eso solicita la colaboración ciudadana, porque al correo de OVE llegaron 300 reclamaciones en 2024, y estas suelen atenderse en menos de 48 horas. Aunque, en el caso de los mensajes considerados “de odio”, se procede a su retirada inmediata. En 2024, se trabajó en Ramón y Cajal, la avenida de Oza y A Gaiteira, entre otros lugares. Por otro lado, la OVG cuenta con expertos grafólogos que tratan de identificar a los autores de las pintadas. Así, si los localizan, pueden presionarles para que acepten un acuerdo por escrito para evitar que reincidan. 

Otro de los objetivos de la Concejalía de Medio Ambiente, de la que depende la OVE, es finalizar para este año un catálogo de paredes que puedan servir de murales. Así, se podrá pintar grafitis con valor “artístico o social”.