El reloj de pulsera gigante que adorna la zona de As Lagoas va a sufrir uan restauración complea. años de exposición a los elementos han provocado la corrosión de su elementos metálicos, así que, como todos los relojes, sin imoportar su tamaño, tendrá que pasar por las manos de un relojero. En este caso, serán los expertos de Maximino Seoane los encargados de llevar a cabo la restauración que comenzará a partir de hoy con el desmontaje de las partes más afectadas de la máquina. 

Las partes del metal que estén demasiado oxidadas acabarán en la chatarra, y serán sustituidos por piezas de acero al carbono, de características similares pero mucho más resistentes a los elementos. Las partes que sí se puedan salvar serán tratados para eliminar los estragos causados por su exposición a la intemperie y cuando la reparación acabe, será repintado por los servicios municipales. 

Los vecinos se habían quejado del mal estado del reloj ya desde este verano, señalando que se había parado, y que su base estaba oxidada. El de As Lagoas, es uno de los siete relojes monumentales con los que cuenta la ciudad, y es el más nuevo de ellos, porque fue instalado en 1994. 
 

Otros, como el del Obelisco, el del Ayuntamiento, o el reloj floral ya han sido restaurados este mandato. Este mismo mes se licitó un contrato de servicio de mantenimiento exclusivo para estos importantes elementos del patrimonio de la ciudad por 27.800 euros. De esta manera se trata de evitar que se detengan y queden fuera de servicio durante largos períodos de tiempo, como ha ocurrido hasta ahora.