Después de más de seis semanas, la huelga en la recogida de basura podría tocar a su fin. La alcaldesa, Inés Rey, dio ayer por “casi normalizada” la situación, tras casi doblar el servicio de refuerzo implantado con la emergencia sanitaria. Y hoy, los trabajadores de la concesionaria, Prezero, celebrarán una asamblea a las ocho de la tarde donde votarán si quieren continuar con sus protestas. 
 

Hay varias fuentes cercanas que apuntan a que son muchos trabajadores que quieren abandonar después de una fuerte campaña de sanciones por parte de la concesionaria, que se ha traducido en decenas de expedientes abiertos y por lo menos siete despidos. El secretario general de STL, Miguel Ángel Sánchez Fuentes, confesó ayer que también se le ha abierto a él un expediente disciplinario. 
 

Sánchez niega, sin embargo, que sean cerca de 30 los trabajadores que están abandonando STL por otra central sindical. Sí reconoce, que existe “algún trabajador” que se plantea a hacerlo y que está en su derecho. Él estima que sería media docena, y casi todos se centrarían en turno de mañana, mientras que el turno de noche se mantiene más firme. 
 

Para el secretario de STL, es normal que experimenten desánimo porque existe una “represión brutal, total y absoluta a todos los que son afines a esta central sindical, el 95% de la plantilla, y con al exigencia de un Gobierno municipal que se dice ‘progre’ que exige a la patronal que haga despidos”. Muchos de los expedientes que se abren, denuncia Sánchez, son por motivos “absurdos” como no rellenar adecuadamente los partes, o no poner en ellos la dirección de Prezero correctamente o por estar más de veinte minutos parados. 
 

Así es como la empresa combate la llamada ‘huelga de brazos caídos’: algunos camiones no salen simplemente por falta de personas (que se achaca a las bajas médicas o a las sanciones, según el bando) pero otros no recogen más que un pequeño porcentaje de lo normal. STL asegura que se limitaba a cumplir los protocolos de seguridad, pero esta práctica también debe haberse acabado, porque la alcaldesa aseguró ayer que Prezero está recogiendo casi tanto como lo hacía habitualmente, de ahí que las calles de la ciudad presenten un aspecto mucho más limpio. 

Otro problema que parece haber desaparecido es la quema de contenedores. Algunas noches han llegado a arder más de una docena, en algunos casos produciendo daños en propiedades privadas, como coches o edificios cercanos, pero el último incidente fue en la noche del lunes al martes. 
 

Sánchez asegura que seguirá peleando, aunque en los tribunales: “Nuestros abogados están tomando las acciones oportunas. Redactando demandas contra la represión brutal. Lo  vamos a probar en el juzgado”.  Pero es un proceso muy largo, que puede que tarde en años en concluir. Mientras tanto, hoy los trabajadores decidirán si abandonan la huelga con una sensación clara de derrota por primera vez en quince años.