"Esto no ha acabado", dijo Miguel Ángel Sánchez Vázquez, secretario general de STL, tras salir de la asamblea de los trabajadores del servicio de recogida de basura, donde se ha puesto fin a la huelga, que ha durado 46 días. Pero es obvio que sí se ha acabado. Por lo menos, de momento. La desconvocatoria ha sido unilateral. Es decir, que no han conseguido ninguna de sus reivindicaciones. 

A la asamblea, que se celebró en la iglesia de Los Rosales, solo acudió un tercio de la plantilla. Es decir, que de 2015 trabajadores, solo se presentaron 77, y 49 votaron por la desconvocatoria. "Es muy poca afluencia", reconoció Sánchez, que lo achacó a la "presión brutal" que ha ejercido la empresa y el Ayuntamiento, "que ha represaliado a los trabajadores exigiendo que se hagan despidos masivos". 

El conflicto seguirá, pero en los tribunales. "Tenemos una demanda colectiva por el 1% (aumento de salario que figura en el convenio) que saldrá el 15 de octubre", anunció Sánchez. Sin embargo, es probable que Prezero lo recurra, así que el recorrido judicial se alargará años. "Por eso estábamos en el conflicto, no por los motivos que el Ayuntamiento quiere hacer creer con sus embustes y falsedades", rebatió. 

Pero Sánchez reconoció que su sindicato, que él fundó, ha quedado "tocado". "Evidentemente, en una empresa en particular, pero no en todas las que llevamos. El control del sindicato seguirá ejerciéndose por las mismas personas y equipos jurídicos. Lo que le gustaría el Ayuntamietno es que cerráramos las puertas, algo que no se ha conseguido", añadió. 

En cuanto a la desafección de algunos trabajadores, que supuestamente habrían cambiado de sindicato, Sánchez lo achacó a voces de partes implicadas, afiliados a otras centrales sindicales. "Pongo la mano en el fuego a que tienen total interés los brazos sindicales de los partidos políticos en hacerse con el control de esto. Pero no va a ocurrir porque los trabajadores siguen con nosotros", declaró. 

Ha sido la huelga más larga que ha protagonizado el servicio de recogida de basuras, y una de las más prolongadas de la ciudad. Pero, además, es la primera vez que abandonan la protesta sin conseguir por lo menos parte de sus reivindicaciones, lo que supone un cambio de paradigma importante. Ni siquiera ha podido conseguir que la empresa retire las sanciones con las que ha castigado a los trabajadores por incumplimientos a la hora de ejecutar su trabajo, ni tampoco readmitir a los despedidos.   

En este sentido, se puede entender como una victoria del Ayuntamiento frente a un sindicato, el de STL, que controla el comité de recogida de basura desde hace más de quince años, a lo largo de los cuales ha entrado en conflicto en 21 ocasiones. Ni los desperdicios que llegaron a amontonarse hasta el punto de impedir el paso por las aceras, ni los más de 150 contenedores quemados (algo que STL ha condenado siempre) han servido de nada. Ni Ayuntamiento ni empresa han cedido en esta ocasión.

Como siempre, se trata de una cuestión de opinión pública. Normalmente, los ciudadanos se quejaban al Ayuntamiento de la basura acumulada en la calle, sobre todo cuando la huelga se producían en Navidad o en verano, como ocurría normalmente. Sin embargo, a lo largo del tiempo, se ha ido formando la idea entre los coruñeses de que el objetivo de STL iba más allá de la simple defensa de los derechos de los trabajadores. 

Ni siquiera las protestas del comité de empresa, que siempre ha insistido en que Prezero no cumple las condiciones del convenio ni tampoco el pliego de condiciones de la concesión, han servido de nada. STL ha presentado documentación al respecto  de que no salía diariamente el número de camiones estipulado, o repetido una y otra vez sus reivindicaciones, como la contratación de personal eventual. 

Pero el hecho es que la detención del secretario general de STL en febrero de 2023 como sospechoso de delitos de corrupción en  los negocios había minado mucho la credibilidad de la central sindical, ya afectada por las continuas protestas a lo largo de los años. La Policía Nacional considera que Miguel Ángel Sánchez encabeza una trama (se habrían detenido a otras tres personas) que ofrecía empleos en otra concesionaria municipal, la de limpieza viaria, a través de dos empresas interpuestas. 

Hace unos días, la alcaldesa, Inés Rey, declaró públicamente que el objetivo último de la huelga era ese: controlar las contrataciones en el servicio de recogida de basura, e instaba a la empresa a mantenerse firme con los despidos. Incluso la oposición (PP y BNG) le apoyó en esto, igual que la declaración del estado de emergencia que adoptó hace quince días. 

STL sale muy tocado por lo que Sánchez denomina “represión brutal”. Varios trabajadores del turno de día se han ido a otro sindicato, y los otros saben ahora que si convoca una nueva huelga, no se retirarán las sanciones, como había ocurrido siempre.