Soundhood, el nuevo proyecto musical de Son Estrella Galicia inaugura hoy su etapa coruñesa. Los catalanes Cala Vento serán los encargados de clausurar la primera jornada en el Garufa Club (21.30 horas), con un concierto para el que traen preparados los temas de su último disco, ‘Casa linda’, pero con alguna sorpresa que otra más íntima, al presentarse en una sala en lugar de en un festival, tal y como adelanta Joan, la mitad de Cala Vento.
¿Dónde se sienten más cómodos? ¿En salas o festivales?
Nos sentimos más cómodos en salas, de toda la vida. Son experiencias muy distintas, tanto para el músico, como para el público, porque, al final, en una sala estás con tu público, estás en un sitio más íntimo, con menos gente, ves las caras... En el festival, cuesta más, pero claro, también tienes tu buena dosis de multitud, de watios... creo que las dos cosas tienen cosas guays.
¿Cómo es su relación con el público de Galicia?
Pues siempre que hemos venido ha sido bastante increíble. Es uno de los sitios más lejos de nuestra casa, somos de L’Empordá (Girona), y claro, son muchas, muchas horas hasta llegar ahí, pero, de alguna manera, es como si nos sintiéramos como en casa. Siempre hago la broma de que, por el nombre, Cala Vento, a lo mejor mucha gente piensa que somos de ahí (ríe). Hay una conexión ahí... todos los conciertos que hemos dado en Galicia han sido increíbles.
Hace algo más de un año que publicaron el último disco, ‘Casa linda’. Mirándolo con perspectiva, ¿cuál diría que ha sido el resultado?
Ha sido un disco que nos ha llevado a un punto muy guay. No solo el disco, sino estos diez años de picar piedra, como decimos nosotros. Sentimos que estamos recogiendo los frutos que hemos estado sembrando durante diez años. No habíamos hecho nunca conciertos tan grandes y con tanta gente, con ningún otro disco, creo que lo que queríamos era llegar a nuevos públicos o que nuestra música fuera lo más accesible posible.
Siempre comentan que este disco es más para todos los públicos, ¿han tenido que cambiar la forma de afrontar su creación?
No, no, no. Cuando decimos lo de un disco para todos los públicos, se basa más en el sonido. El primer disco lo grabamos en cuatro días. El segundo, en seis. El tercero ya en más. Este cuarto, al tener ya una trayectoria, unos recursos, un estudio propio... hemos grabado el disco como hemos querido exactamente, con todo el tiempo del mundo, varios productores... Al final hace que puedas conseguir el sonido que querías en el primer disco, pero que no te podías permitir (ríe).
Publican el disco bajo su propio sello. ¿Que les aporta? ¿Mayor libertad? ¿Más tiempo para ejecutar sus ideas?
Tiempo no, porque la industria marca unos tiempos y hay que cumplirlos, lo lleves tú u otra persona. De hecho, tiempo nos quita bastante (ríe). Crear el sello fue una decisión de cambiar las cosas, porque lo monótono nos aburre. Estábamos bien con BCore, no tenemos ningún problema, pero llegamos a la conclusión de que lo que nos hacía sentir más cómodos era autoeditárnoslo. Lo que hemos conseguido con Montgrí en estos cuatro años es una locura.
Cala Vento cumple diez años. ¿Qué metas tenían en aquel momento y cómo han cambiado hasta el día de hoy?
Nuestras metas, nuestros sueños, los cumplimos al sacar el primer disco. Veníamos de muy abajo, de nuestro pueblo, de tener nuestros grupos, de tocar en los garitos de allí y ya. De repente el grupo empieza a funcionar y empiezas a cumplir sueños. Grabas un disco, que para mí ya era otro nivel; lo sacas en vinilo, que fue la hostia; empiezas a dar conciertos; empiezas a salir de España... los objetivos estaban más que cumplidos cuando sacamos el segundo disco. Todo lo que venga ahora es bueno (ríe). ¿Cuáles son nuestras metas ahora? Mantenerlo, no aburrirnos de hacer canciones y no quedarnos sin ideas.