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martes | 30 julio | 2024
En un mundo cada vez más tecnológico, los coruñeses tendrán que irse acostumbrando a sentirse vigilados. Sobre todo si circulan a menudo por el centro de la ciudad, donde están implantando las nuevas cámaras que funcionan con Inteligencia Artificial (IA) y que ya controla el centro de la ciudad. Serán muchas más antes de que acabe el año, siempre que se cumplan los plazos para instaurar una Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
La plaza de Mina, la de Pontevedra (donde se instaló la primera), la de Galicia, la calle de Juan Flórez y Puerta Real. En algunos casos hay dos objetivos instalados lo que hace un total de ocho cámaras. El programa les permite clasificar el movimiento, de manera que registran el paso de peatones y de los diferentes tipos de vehículos, desde camiones a bicicletas, pasando por turismos. Todos estos datos quedan a disposición de la Concejalía de Movilidad porque, como recuerdan fuentes municipales, estas cámaras no tienen como objetivo sancionar. Aún quedan 90 de estos dispositivos por instalar en gran parte del casco urbano.
La empresa Aluvisa se encarga de colocar el sistema, que durante la Semana de la Movilidad expuso en una de las carpas que se levantaron junto al Obelisco. Ya en marzo, el Gobierno local presentó el Centro Integral de Mobilidade de A Coruña (CIMoB), antes la sala de pantallas, situado en la estación de autobuses, gracias a los fondos europeos Next Generation, nada menos que seis millones de euros. En total, a través de 88 paneles, se podrá informar a toda la ciudad.
Todas estas mejoras forman parte de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que va a implantar el Gobierno local con el objetivo de reducir el tráfico en el centro de la ciudad. Pero lo más llamativo, sin duda, es el uso de IA. El Ayuntamiento planea introducir a corto plazo 200 cámaras más, doblando el número actual. Hace años que la ciudad cuenta con una red de cámaras, pero ahora se trata de tecnología punta.
Se están implementando 98 puntos de control con analítica de línea y ‘deep learning’. Es decir, recopilando datos para gestionar en tiempo real. Antes solo se gestionaba el tráfico, pero ahora se mide a través del vídeo. El resultado es un mapa en tiempo real de la intensidad de tráfico y tiempos de recorrido por toda la ciudad. A esto hay que añadir 32 puntos Bluetooth donde se captará la velocidad media y tiempos de recorrido de los vehículos que dispongan de este sistema.
Por supuesto, muchas de estas cámaras sancionan. Las nuevas tecnologías permiten controlar las nuevas zonas peatonales y la doble fila. Se van a controlar telemáticamente las zonas de carga y descarga, que era una demanda de los repartidores, para que no se excedan los tiempos y que nadie aparque por otro motivo. El primer control se instalará en Alfredo Vicenti.
En el futuro cercano, también se van a controlar las paradas de bus, para evitar que los buses tengan que detenerse en doble fila por culpa de algún vehículo infractor. El Ayuntamiento espera que las sanciones sirvan para disuadir a los conductores menos concienciados. Aunque sea por las malas.
