El Concurso de Saltos Internacional Casas Novas clausuró este domingo tres días de competición hípica en el centro ubicado en Larín (Arteixo) con una constante entrada de visitantes, en la jornada en la que los participantes se jugaban el Gran Premio Casas Novas, el más importante de los entregados desde el viernes 12. 

Esto explicaría lo vivido  en Larín: movimiento ininterrumpido de vehículos en el aparcamiento, colas en la entrada, gradas a rebosar, zonas de hostelería con gente esperando en el exterior y, si, una enorme fila de niños aguardando disfrutar de los ponis.

Además, el grupo World Groove Collective animó con su concierto la espera hasta las 16.30 horas y consiguió hacer bailar y canturrear a los presentes.

Pasión infantil

Y, si bien la competición y la oferta de ocio llaman cada vez a más gente a convertir esta cita hípica en un apetecible plan de domingo, lo llamativo es que Casas Novas parece estar consolidando la pasión por este deporte entre los más jóvenes.

Así, esperando turno para un paseo en poni salen a la luz esas pasiones infantiles. A Lola, de Carral, le gustan los caballos y señala que practica equitación en la Finca Abrigosa. Su madre, Cristina, apunta que, por esa afición, pasar el día en Larín “era una cita obligada” y añade: “Queríamos ver un concurso 100% español y europeo, para ver el nivel que hay por aquí y todo lo que se cocina detrás de las bambalinas”.

Al entusiasmo de los pequeños se suma el de los mayores. Es el caso de Cuca, una coruñesa cuya afición viene de largo. Antigua socia de la hípica herculina, remarca que va cada año a Casas Novas. En el caluroso día de ayer, observa sentada a la sombra a los jinetes y amazonas mientras la visitan sus familiares. Entre ellos, su nieto y una amiga del pequeño que practican el deporte que se exhibe en Larín, al igual que la hija de Cuca. 

No todos son aficionados a los equinos. Casas Novas es ya un evento diverso que trasciende lo deportivo. Las jóvenes Uxía, Alexia y Lía han venido desde A Coruña “por facer un plan diferente” y conocer cómo era desde dentro el ambiente.

En ese ambiente, rostros conocidos y, en un discreto plano, Amancio Ortega, su mujer Flora Pérez y su hija Marta han querido estar presentes en la jornada de clausura de una cita hípica que han convertido en referente nacional e internacional.

El apabullante silencio del recinto hípico solo se rompe con los aplausos cuando los participantes realizan un salto que les hará acercarse al triunfo y, con toda seguridad, avivará los sueños de todos los que hoy son pequeños aprendices.