Más de un centenar de fans de Quevedo, en su inmensa mayoría jóvenes y adolescentes, han aplicado a rajatabla eso de "quédate" que el canario lleva asociado a su carta de presentación. Desde hace más de 24 horas algunos de ellos velan armas y se han quedado toda la noche a las puertas del Coliseum para conseguir la experiencia más cercana con el cantante. Ni la lluvia, el frío o el viento les han hecho desistir y ya están a menos de diez horas de cumplir un sueño.
Y es que, para la inmensa mayoría de ellos, será la primera vez frente a su ídolo. "Yo ya lo vi en Barcelona y está guay, merece la pena estar aquí", les advierte uno de los más adelantados en la cola. La gran privilegiada, la número uno de la cola, se llama Fiorella. Llegó a las 08.00 horas del jueves y en su cara la ilusión le gana la partida al cansancio. "Por Quevedo lo que haga falta", exclama.
Solamente uno de los jóvenes confiesa tener 17 años. Sin embargo, muchos de sus compañeros de espera confiesan haber protagonizado excusas de todo tipo para faltar al instituto o "a clase". Es el caso de un pontevedrés que fue tajante con su madre. "Díxenlle: mamán, marcho, e xa está". También algunos vigueses que se quedaron sin entrada en la ciudad olívica han encontrado consuelo en A Coruña, donde a la hora de pasar lista en las aulas se ha hecho notar el concierto. "No se va a clase y punto", confiesa otro de los fans.
Contra lo que marca el protocolo tradicional de la acampada fan solamente hay una tienda de campaña entre la legión de seguidores. De ella sale la más veterana de todas, que asegura no estar guardando sitio para su hija. "Vengo por mi", dice.
Que el fenómeno Quevedo iba a dejar huella en la ciudad ya lo advirtió el pasado mes de mayo, cuando en una hora volaron todos los tickets disponibles.