El Día del Padre, en A Coruña, no solo festeja con honores a los progenitores de los herculinos, sino también el aniversario de una institución, el Circo de Artesáns, que bien podría considerarse como la figura paterna del resto de entidades e instituciones culturales de la ciudad. Constituido un 19 de marzo de 1847 por acción de los artistas y músicos de la época, el Circo cumplió ayer por tanto 178 años manteniéndose fiel a su papel como testigo inmutable de los vaivenes de la sociedad y con su espíritu renovado e intacto.
“Escribir sobre el Circo de Artesáns es escribir sobre la historia de A Coruña de la manera más fiel posible”, asegura tajante Marcelino Abuín, responsable de la biblioteca que este organismo alberga en su segunda planta. Si bien no siempre se ha ubicado allí, el Circo se fundó y se mantiene en la actualidad en la calle San Andrés. Una zona, como apuntala el actual director de la entidad, Roberto Parga, que atraviesa un momento de transformación del que el edificio también se siente parte: “En este renovado San Andrés, nosotros también queremos sumar y seguir siendo parte de su vida cultural y comercial”.
Con sus ya cercanos casi dos siglos de existencia, se trata de una institución única en Galicia, al ser la sociedad recreativa más antigua de la comunidad aún en funcionamiento.
El edificio, como la asociación, ha evolucionado a lo largo de las décadas. Sus pasillos y estancias, que han visto desfilar a cientos de figuras ilustres del mundo político y cultural de la comunidad, esconden miles de historias entre cuadros, libros y otros tesoros. Tiene hasta una pista de baile en su sótano, decorada como una discoteca setentera con las típicas bolas de luces, que aún se usa para dar clases de danza los domingos. Subiendo, en la planta a la altura de la calle, se ubica el salón de actos, la estancia más icónica del edificio. En él están los bustos de figuras como Eduardo Pondal o Rosalía de Castro, pero también las pinturas de Román Navarro, quien fuera profesor de Picasso, o la última bandera de España –del séptimo batallón peninsular, formado en su mayoría por soldados coruñeses– que se retiró de la excolonia de Cuba.
También alberga seis lámparas que, según explican Parga y Abuín, se cree que proceden de Francia, y con un diseño idéntico a otras luminarias que hay en el IES Eusebio da Guarda. En su primera planta hay varios espacios dedicados a la cultura y el ocio. Allí esta la sede de otra institución insigne de la ciudad, la Asociación Cultural Alexandre Bóveda, y dos salas para practicar billar y ajedrez. Esta última, de hecho, es la única que conserva mobiliario del edificio original del Circo, los tableros de juego, que todavía se utilizan.
La segunda planta la ocupa totalmente un espacio de estudio público, gestionado por el Ayuntamiento tras un convenio firmado hace tres años, y una vastísima biblioteca privada llena de curiosidades y volúmenes firmados. Al menos 270, afirma Abuín, son los ejemplares que rubricaron personalidades como Emilia Pardo Bazán, Celso Emilio Ferreiro o Miguel González Garcés, entre otros. En total hay más de 10.000 libros, contando todos los volúmenes de enciclopedias, novelas tanto nacionales como internacionales y ensayos sobre temas variados como agricultura, medicina –los más antiguos, pues datan del siglo XIX– o política.
Abuín destaca como curiosidades los volúmenes de principios del siglo XX de las primeras revistas ilustradas de la historia. Algunas son nacionales, como los primeros boletines de la RAG, ‘Mundo Gráfico’ o ‘Blanco y negro’, editada por ABC, pero también hay números de publicaciones internacionales como ‘The Graphic’. Asimismo, cuenta con una edición única de un monográfico sobre el Centro Gallego de La Habana, con fotografías de las diferentes instalaciones. “Solo hay tres: este, el del Consello da Cultura Galega y otro en La Habana”, asegura Abuín.
Finalmente, en la tercera y última planta están localizados los espacios del equipo directivo: el despacho del presidente y la sala de juntas. En esta última están los retratos de las decenas de presidentes que ha tenido el organismo, la mayoría de ellos con mandatos breves de cuatro o cinco años: “Muchas veces era un puesto político más, si querías ser alcalde tenías que presidir también en algún momento el Circo”, explica Parga.
Pese a que el cumpleaños fue ayer, la agenda obligó a mover la celebración oficial al día de hoy. La fiesta será por partida doble: además de soplar las velas, la institución homenajeará la figura de Manuel Rivas, un escritor que “ha llevado toda su vida el nombre de A Coruña al resto del mundo”, en palabras de Parga. Así, ante representantes del mundo político y cultural de la ciudad, se le hará entrega a las 12.30 horas del I Premio Coruñés do Ano, un galardón que el Circo ha creado para resaltar el valor de la obra de una personalidad coruñesa en los años precedentes.