El cirujano del Chuac que salvó el corazón de una bebé en A Coruña: "Lo mejor fue que pudo ir para casa en Navidad"

El doctor Carlos Velasco agradece la confianza de la familia en una intervención pionera en un hospital acostumbrado a estos logros
El cirujano del Chuac que salvó el corazón de una bebé en A Coruña: "Lo mejor fue que pudo ir para casa en Navidad"
Los cirujanos cardíacos infantiles del Chuac María Vieitez y Carlos Velasco, en acción

Por primera vez en España, se ha logrado revertir una miocarditis fulminante a una niña de tan solo un año de edad gracias a un corazón artificial de última generación. Carlos Velasco, uno de los cirujanos cardiaco infantiles que formó parte del equipo multidisplinar del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) que intervino a la pequeña habla de esta intervención pionera en un hospital acostumbrado a estos logros.

 

Es la primera vez que se realiza esta intervención con éxito en España, ¿qué supone este avance?
Es el primer caso en España en el que conseguimos retirar en un niño tan pequeñito un corazón artificial de larga duración. Sí se ha conseguido en otro tipo de pacientes con dispositivos intermedios, pero no en un dispositivo de larga duración como era este. Normalmente cuando ponemos estos dispositivos el escenario final es el trasplante cardíaco. Es la primera vez que a nivel nacional conseguimos retirarlo con recuperación cardíaca. Cuando pones esta máquina tienes que hacer una cirugía bastante grande y la retirada no es fácil a nivel técnico. Te arriesgas a que su corazón pueda volver a fallar. No es frecuente que se pueda conseguir retirar estos aparatos. Sí que se ha hecho en otros países pero a nivel nacional en España no se había hecho todavía.

 

Y esto quita a la paciente de un tratamiento de por vida. 

El tratamiento de por vida sería necesario en el caso de hacer un trasplante. Un trasplante implica muchas cosas. Lo positivo es que es un tratamiento final para un paciente que no tiene otra alternativa.  La parte mala es que requiere inmunosupresión para evitar el rechazo. Y es de por vida. Es una medicación bastante agresiva y tiene efectos secundarios. Por otra parte, en un momento o en otro, siempre se rechaza. Un trasplante no es para toda la vida. Cuando el rechazo aparece, puede ser necesario otro retrasplante o puede ser que ya no haya otra alternativa. El trasplante prolonga la vida pero no te da la misma esperanza  que un paciente no trasplantado. 

 

En este caso, se ha logrado recuperar el corazón propio de la pequeña.

Sí. Eso supone ventajas importantes porque no necesitas inmunosupresión. Tu corazón no lo va a rechazar, es tuyo. Y te evitas todos los efectos secundarios. Este paciente en concreto, al haber recuperado su órgano completamente, lo normal sería una esperanza de vida como otro paciente de su edad. No necesita una medicación especial ni tampoco unos controles a largo plazo. El primer año sí, vamos a estar vigilándolo, pero después a largo plazo es un paciente que puede hacer vida completamente normal. Su corazón queda totalmente recuperado.

 

¿Cuáles fueron los mayores desafíos a los que se enfrentó el equipo? 

Lo principal fue estar seguros de que su corazón era viable, que sea capaz de latir otra vez con fuerza cuando se quita la máquina. Para intentar paliar esta incertidumbre lo que hicimos fue un protocolo de desconexión progresivo, poco a poco fuimos bajando la función del corazón artificial para  dejar a su corazón asumir otra vez la carga de trabajo. Lo hicimos en un período de cinco días, cuando vimos que su corazón sí que era viable, comenzamos con la retirada del dispositivo. El segundo punto importante es que la retirada de estos dispositivos, que requiere esternotomía para implante, genera muchas adherencias y están muy cerca del corazón. En pacientes muy pequeños, hay muy poco margen para poder retirarlo con seguridad. Técnicamente es bastante desafiante. No es lo mismo quitar un corazón si vas a tener otro órgano con un trasplante. En caso de lo deteriores o lo dañes con la retirada, viene un corazón nuevo. Era el punto de desafío que teníamos, intentar sacar ese corazón artificial sin dañar su corazón.

 

¿Hubo alguna complicación tras la operación?
No, la verdad es que fue muy bien. Yo creo que el protocolo que se hizo a nivel multidisciplinar entre todos los compañeros de cardiología y UCI fue muy bueno. El corazón respondió muy bien a la retirada del dispositivo. Eso fue mérito de hacer los estudios previos correctamente y el paciente evolucionó de forma excelente. De hecho, pudo irse de alta para casa en un par de semanas con el corazón prácticamente recuperado 100%. Durante el primer año sí que necesitará medicación y controles de cardiología, pero pasado ese tiempo lo más normal es que el niño pueda hacer vida normal sin nada especial.


¿Cómo ha sido trabajar en este caso?

Pues a nivel personal la verdad es que ha facilitado mucho la familia, que confió en nosotros desde el primer momento. Estuvieron dando soporte a la paciente todos los días en la UCI y fueron muy comprensivos con todas las decisiones que íbamos tomando.Te puedes encontrar con familias que no apuesten por esta posibilidad de operación, sino que apuesten directamente por un trasplante entendiendo ellos que puede ser lo definitivo. Un trasplante no es la mejor opción si existe la opción de recuperación del órgano propio.

 

No sería fácil para los padres tomar una decisión de este tipo. 

Genera algo de incertidumbre cuando les dices que es la primera vez. Tienes que tener mucha confianza en el equipo y estar muy seguro de donde estás para apostar por esta posibilidad. Tiene mucho mérito la familia en situaciones tan delicadas al apostar por algo que no te puede garantizar al 100% que vaya a ir bien. Siempre hay cierto margen de incertidumbre en este tipo de decisiones. En cualquier decisión en medicina, el 100% no lo puedes tener nunca.

 

¿Cuál ha sido la mejor parte de trabajar en este caso? ¿Y la peor?

La mejor parte es ver a la niña recuperada con su corazón sano y que se pudo ir para casa en Navidad. Fue una sensación muy positiva. La peor, el miedo que tienes siempre de que las cosas no vayan a ir bien porque, una vez quitas el corazón artificial, la posibilidad de que pueda volver a fallar su corazón existe. Y asumir esas decisiones supone una carga de estrés muy importante. La suerte es el poder trabajar en equipo. La verdad es que el Materno se trabaja de forma multidisciplinar siempre, hay unos protocolos de seguimiento y de tratamiento que están muy bien integrados en todo el equipo y eso facilita también mucho la manera de manejar este tipo de pacientes en casos complejos.

 

No es la primera vez que participa en un caso pionero como este. 
Lo malo que tenemos en A Coruña es que todos los casos que tenemos son muy complejos. Nos vienen los peores casos de toda Galicia y de parte del norte de España. Manejar este tipo de pacientes requiere un equipo con mucha experiencia y muy bien integrado. No es fácil trabajar en estas situaciones.

 

¿Le sigue sorprendiendo cómo reacciona el cuerpo humano?
Sí, la verdad es que es increíble que podamos estar haciendo cosas que hace quince años eran impensables. Cómo funciona la ciencia y la medicina es impresionante. 

El cirujano del Chuac que salvó el corazón de una bebé en A Coruña: "Lo mejor fue que pudo ir para casa en Navidad"

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