Hubo una época en la que San Andrés era una de las calles que mayor densidad de tráfico soportaban del centro de la ciudad. Pero la apertura hace casi quince días de la vía no ha venido acompañada del retorno de los vehículos. La Policía Local confirma una escasez de circulación inusual. Los conductores prefieren desviarse por calles de más capacidad, como el Paseo Marítimo o la avenida del Puerto, tal y como venían haciendo el último año.

Según los datos municipales, San Andrés siempre ha tenido un tráfico denso. La Intensidad Media Diaria (IMD), que mide este parámetro, era de más de 9.000 vehículos diarios antes de 2020. Con el estallido de la pandemia, la cifra bajó, naturalmente, hasta poco más de 6.600, pero se había ido recuperando en los últimos años, a medida que lo hacía también la fluidez del tráfico en la ciudad con la vuelta a la vida diaria. Por lo menos, hasta ahora.  

Antes de que comenzara la reforma, por la calle circulaban cerca de 7.000 vehículos diariamente

Fuentes policiales achacan el escaso uso que los vehículos privados están haciendo de San Andrés a la costumbre: los conductores se han acostumbrado a su actual ruta y no la cambian. Por otro lado, quizá el hecho de que el límite de velocidad en la calle reformada sea de 20 kilómetros por hora (como todas las vías con plataforma compartida) disuada a los conductores que tengan prisa, dado que tanto la avenida del Puerto como el Paseo Marítimo permiten circular hasta a 50 kilómetros por hora.  

Sea como sea, es muy probable que la situación cambie cuando comiencen las obras de los Cantones, que están programadas a corto plazo. Mientras tanto, los peatones disfrutan de la sensación de ser dueños y señores de la calle, que es precisamente lo que deseaba la Concejalía de Movilidad cuando se aprobó este proyecto. l