La sinceridad puede ser un arma muy poderosa y en un comercio de Ángel Senra, en Os Mallos, han decidido ser considerados con todo aquel que tenga la tentación de robar en el negocio: “Por favor, no entréis a robar. Tenemos alarma y molesta a los vecinos. Además, no hay dinero. No perdáis el tiempo”. Con este mensaje, el establecimiento del número 3 de la peatonal, Jamones Macario, trata de evitar ser víctima de un allanamiento, algo que ha ocurrido en el pasado.
Los comerciantes de la zona relatan que, como en toda la ciudad, el tejido comercial de Os Mallos ha sido víctima de hurtos y robos, aunque a día de hoy, señalan, se trata más de hechos puntuales que de una costumbre. “La zona está más tranquila; va por rachas, como en toda la ciudad”, explica la presidenta de la asociación Distrito Mallos, Alba Balsa.
La tranquilidad actual en Os Mallos también es percibida por los vecinos de la zona, aunque hechos puntuales hacen que se vea interrumpida. Es el caso del incendio declarado la pasada semana en una casa okupada de la calle Río Traba o los intentos de allanamiento en locales o edificios abandonados. El último incidente visible se dio a finales de febrero en un inmueble conocido por todos los vecinos, el número 28 de la calle Asturias, en la esquina con la calle Noia.
En diciembre de 2021 este edificio, por aquel entonces okupado, sufrió dos incendios. Semanas después, el portal y las ventanas del primer piso fueron tapiadas, pero hace unos días la puerta del bajo comercial que se ubica en este bloque apareció reventada. En un vídeo que los residentes del barrio tienen en su poder se puede ver cómo el acceso fue forzado, con rotura de cadena metálica incluida. Esto ha provocado una alerta vecinal para evitar posibles allanamientos en edificios abandonados.