El corte de Alfonso Molina en el ramal de acceso a la AP-9 se realizó a las diez menos cuarto y, por el momento, no ha generado ningún problema en el tráfico. Esta vía la utilizan los vehículos que circulan en dirección entrada a la ciudad pero quieren tomar la autopista, poco antes de llegar a la cafetería La Parada y a la altura de la Coca-Cola.
Nada más cortar la carretera, la máquina comenzó a cavar una zanja que atraviesa la calzada de parte a parte. Allí se enterrará el prisma de telecomunicaciones (una tubería por la que corre la fibra). Al final de la jornada se reabrirá el ramal.
Esta obra forma parte de los preparativos para la ampliación de Alfonso Molina, que obliga a trasladar muchos de los servicios para que no se vean afectados por las obras. Esta cuestan 18,3 millones de euros, y se financian con fondos europeos.