A pesar de que la semana pasada Amaral se empeñó en convencer al Recorda Fest de que no quedan días de verano, los coruñeses parecen empeñados a apurar hasta el último sorbo del periodo estival. Hasta tres fiestones se hicieron sentir a lo largo de todo el día en varios puntos de la ciudad, aunque a tiro de piedra unos de otros.
La primera vez de muchas del Carnaval de verano resultó exactamente lo que habían planeado los responsables de Aeroclub, La Intrusa, Bristol y La Campana: un exitazo que colapsó la calle y, al igual que en el mes de febrero, llevó la música y el buen rollo a las aceras. Literalmente, porque se trató pubs de puertas para fuera, ya que la idea es que cualquier viandante moviera las caderas al ritmo que sugirió DJ Licho. Respondieron a la llamada buena parte de los clientes, quienes tal y como había solicitado la organización acudieron disfrazados. Los principales motivos fueron la música de los años 70, 80 y 90. No faltó de nada: photocall, extravagancia, baile y coreografías con temas clásicos de la cultura popular nacional e internacional. Si la intención era recuperar la esencia de Entroido los hosteleros pueden satisfechos, porque lo consiguieron a pesar de la competencia de eventos.
Una de las condiciones de la organización era recuperar la fiesta en el interior de los locales a partir de la medianoche, con el fin de perturbar lo menos posible el descanso vecinal. Pero lo cierto es que desde muchos balcones se siguió la fiesta, con disfraces y bailes incluidos.
Si hay un DJ atemporal y cuyas sesiones resisten como nadie el paso de los años ese es Carl Cox. El de Manchester era el gran reclamo de la segunda jornada de la Wake Up organizada por el grupo Pelícano con Pull&Bear. Desde primera hora de la tarde y hasta pasada la medianoche el muelle de Batería se convirtió en una enorme discoteca al aire libre.
Acompañó el buen tiempo, tal y como sucedió una semana antes con el Recorda. Muchos sacaron sus estilismos festivaleros y las gafas de sol se convirtieron en fundamentales. Pasadas las 21.30 horas hizo su aparición sobre el escenario el mito del house y el techno, un habitual también en sus visitas a la ciudad. A sus 62 años evidenció que el ‘flow’ no entiende de edad y que poner a bailar a los que podrían ser sus nietos es sólo un juego. No obstante, el momento de la sesión de Cox coincidió con una notable subida de la media de edad, que se elevó hasta el registro de la generación EGB.
Por la mañana, tanto los asistentes al Carnaval de Torreiro como los de la Wake Up pudieron calentar motores en la feria de la cerveza artesana que se celebró en los jardines de Méndez Núñez. Música, foodtrucks, juegos y talleres amenizaron la cata, que estará a disposición de los coruñeses todavía durante la jornada de hoy.
Y es que en A Coruña el verano dura hasta que lo quieran los coruñeses, por mucho que Lorenzo se haga el remolón.