Llega Samaín, Halloween, Todos los Santos y Difuntos y, además de dar sustos y recoger caramelos, se abre el apetito de dulces típicos.
Pastelerías y confiterías de A Coruña no son ajenas a esta necesidad y por eso ofrecen numerosas opciones para comer durante estas fechas, desde las más tradicionales hasta innovadoras.
Uno de los postres más tradicionales de esta época son los buñuelos de viento, pequeñas bolas de masa frita en aceite. Su apellido "de viento" se refiere a que al freírlos doblan su tamaño, se hinchan y quedan huecos por dentro, permitiendo rellenarlos con cremas de diferentes sabores. En A Coruña se pueden disfrutar en casi todas las pastelerías, como Berna, Glaccé, Hércules o París, entre otras. Nata, chocolate y crema pastelera son los sabores más habituales, aunque hay también establecimientos que innovan con rellenos como de pistacho o coco.
Junto a los buñuelos, los grandes protagonistas de estas fechas son los huesitos de santo, elaborados con mazapán y con distintos rellenos que toman su nombre de su forma alargada. Estos postres también permiten innovar mucho y uno de los establecimientos coruñeses que están abriendo su mente y la de los clientes es la Confitería París, donde se pueden encontrar sabores como kikos, frambuesa, avellanas, membrillo, café, yema, coco, fruta de la pasión o pistacho.
Con la vista puesta sobre todo en Halloween y Samaín aparecen postres más innovadores y que beben también de la tradición anglosajona. Así, establecimientos como Amaranto ofrecen cupcakes terroríficos con sabores como red velvet, zanahoria y banoffee acompañados de decoraciones dulces como sangrientos ojos, sombreros de bruja o un Frankenstein.
Mientras, en Habaziro se puede disfrutar de otra de las delicias típicas de Halloween y Samaín: el pan de muerto, un pan dulce mexicano típico del Día de Muertos que se aromatiza con naranja y anís. En el establecimiento está la opción de tomarlo con sabor a canela o glaseado.
Otros que también innovan son los de Buen Rollo, que a sus rollitos diarios han añadido el sabor de calabaza picante, con un toque de nuez moscada y gengibre, solo disponible en estas fechas de Samaín y Halloween.
Uno de los establecimientos que más ha innovado al respecto es A Maquía, en Oleiros, donde se pueden comprar desde huesitos de santos y buñuelos de viento hasta cajas de bombones con formas de fantasma, calabaza o vampiro e incluso un pastel con forma de calabaza compuesto por mousse de queso, núcleo de compota de mandarina, bizcocho de calabaza asada y nueces y decoración de chocolate blanco.
Y no solo con postres se puede disfrutar en A Coruña, sino que las pastelerías también se esfuerzan por adornar sus establecimientos de las formas más terroríficas, como es el caso de Boas Migas.
Pero no solo de postres dulces viven los coruñeses, en la ciudad y su área metropolitana también toman mucha importancia estos días las castañas. Ya sea asadas en magostos o cocidas, son muchos los que apuestan por este otoñal fruto para tomar de aperitivo, merienda o petisco. Una de las costumbres más arraigadas es la de los zonchos de Sada, collares de castañas cocidas sobre los que hay dos tradiciones: la que señala que son collares de protección y la que dice que cada castaña que se coma de ellos libera un alma del purgatorio.