A Coruña tendrá la madre de todas las fiestas

A Coruña tendrá la madre de todas las fiestas
Maricel, Ana y Marisol serán algunas de las madres presentes esta noche

Hasta los churros y más allá. Esa es la filosofía de un grupo padres de alumnos de Segundo de Bachillerato del colegio Eirís que afrontan la graduación de sus hijos de una manera muy diferente al tradicional recelo de las primeras salidas nocturnas. De hecho, ni ellos son de los de quedarse en casa ni los adolescentes adolecen, valga la redundancia, de experiencia en la noche. Así, ya que la de esta noche será la despedida de una etapa escolar, y dados los recuerdos comunes por el camino, los progenitores han decidido organizar una fiesta de graduación paralela. “Llevan juntos desde los 3 años y los padres hemos coincidido en cumpleaños, eventos y comuniones, así que quisimos juntarnos y despedirnos de alguna manera”, subraya Marisol, una de las ideólogas del plan.  “Ya tienen sus amigos y pandillas cerradas, pero antes cumplía uno y allá íbamos los 25. No nos gusta dejar a nadie fuera”, añade. Normalmente eran casi 80 protagonistas de la orla, que en el curso actual se ha reducido a algo más de la mitad


El punto de encuentro será en la cafetería El Olivo y el objetivo es reunirse en el momento de vuelta a casa. El cuándo y dónde lo dictará la noche. Tampoco es la primera vez, ya que el último Fin de Año hubo ‘empate’ en el aguante entre padres e hijos. “Esperemos no acabar de discoteca, pero lo que haremos será esperar”, dice. “No creo que les sorprenda, porque ya pasó este Fin de Año: nuestros hijos salían y estuvimos hasta recogerlos después de los churros”, prosigue.


Prefieren no desvelar el nombre de sus hijos por eso de la vergüenza del adolescente, pero sobre todo se trata de padres orgullosos de lo que consideran una generación ejemplar y de la que se muestran orgullosas. “Han sido buenísimos estudiantes, increíbles. En concreto mi hijo y mi pandilla son niños de sobresaliente. Por eso me gusta mantener estos amigos que tienen, se retroalimentan entre ellos”, subrayan. “A nosotros nos odian a esta edad”, bromea Marisol.


Las graduaciones son todo un vivero para el ocio nocturno en la antesala del verano. Sin embargo, se da la paradoja de que entre los clientes hay tanto mayores como adultos, pues no todos los jóvenes han cumplido la mayoría de edad. La intención de la Xunta, tal como adelantó este diario, es recuperar los 16 años como edad de acceso, algo que los padres de la graduación defienden decididamente. “Estamos totalmente a favor que puedan entrar a los 16, lo contrario es negar lo evidente: los chicos salen, tienen acceso al alcohol y prefiero que estén controlados y vigilados por profesionales y no en bares de mala muerte”, dicen. “Se trata de educar en responsabilidad y no de prohibir, todos hemos tenido 17 y 18 años y sabemos cómo nos comportábamos”, finalizan los padres y, al menos durante esta noche, futuros compañeros de celebración.


Y es que, en realidad, la generación de los padres de los preuniversitarios pisaron por primera vez las discotecas con 16 años. O antes. 

 

Una bendición antes del verano para el ocio nocturno

Las graduaciones son toda una bendición para el ocio nocturno. Lo sabe bien Emilio Ron, que tendrá cuatro esta noche en el Cine París, además de la de padres de El Olivo. Sin embargo, cree que la idea de Eirís será rompedora. “Va a marcar un antes y un después y es fundamental que los padres vean la importancia de la convivencia con sus hijos”, dice. “Es la culminación de un proceso para una generación”, finaliza.

A Coruña tendrá la madre de todas las fiestas

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