Se hizo esperar, pero después de dos meses de avistamientos prácticamente diarios, la Xunta y el Ayuntamiento firmaron este martes el convenio para controlar la población de jabalíes en la ciudad. La conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, y el teniente de alcaldesa, José Manuel Lage Tuñas, se reunieron hoy en Santiago para pactar las medidas que se pondrán en marcha de carácter inminente.
El acuerdo, que estará en vigor hasta el 31 de diciembre de 2024, establece las obligaciones que asumen ambas administraciones para controlar el avance de la especie en el entorno urbano y periurbano. El Gobierno gallego se encargará de la instalación, cebado, revisión y seguimiento de las jaulas trampa. Además, la Xunta se hará cargo de las autorizaciones de esperas con arco y de hacer constar la cooperación con el Ayuntamiento en todos los anuncios y documentos que se elaboren relacionados con las actividades de este acuerdo.
El Gobierno municipal, por su parte, colaborará con Medio Ambiente para determinar las localizaciones de las jaulas-trampa y en las medidas de control mediante la caza con arco u otras medidas de captura que recoja la normativa. El Consistorio tendrá la obligación, a su vez, de sacrificar a los animales, así como la posterior gestión de sus cadáveres. También deberá ejecutar acciones encaminadas a reducir las condiciones de refugio que ofrece el hábitat para el jabalí en los terrenos de competencia local.
Con el objetivo de realizar el desarrollo, seguimiento y evaluación de los resultados de la medida, además de la interpretación y cumplimiento del presente acuerdo, las partes firmantes constituirán una comisión de seguimiento, que estará integrada por dos representantes de Medio Ambiente y otros dos del Ayuntamiento de A Coruña. La instalación de las jaulas-trampa se llevará a cabo en la zona de Elviña, donde la piara formada por una jabalina y sus dos jabatos tiene su madriguera.
Con la firma de este protocolo de actuación se pone fin a más de dos meses de constantes tira y afloja entre las administraciones. La alcaldesa, Inés Rey, reclamaba a la Xunta que actuase con urgencia, sobre todo con motivo del inicio del curso escolar, alegando que esta es quien tiene las competencias para afrontar el descontrol de la población de los jabalíes. El Gobierno gallego acusó al Ayuntamiento de A Coruña de tener una actitud “irresponsable” frente a este problema. Lo cierto es que han pasado más de dos meses desde que la irrupción de los jabalíes en la urbe pasase de ser anecdótica a convertirse en costumbre.
Los viandantes le perdieron el miedo y ellos le perdieron el miedo a los viandantes. La regidora llegó a preguntarse: “¿Qué hago, los empadrono?”, y los animales se tomaron en serio la pregunta. De adentrarse en el parking de Os Mallos pasaron a cruzar Alfonso Molina y visitar el monte de San Pedro, parque de Oza, Eirís, Os Castros, Adormideras, Los Rosales, Vioño, O Castrillón, San Andrés e incluso la mismísima plaza de María Pita y la Autoridad Portuaria. En realidad, lo más probable es que no quede lugar que no hayan recorrido durante este tiempo. La última vez que se les vio, hace tan solo unos días, estaban desayunando en la plaza de los Mariñeiros.
La tensión generada llevó a los expertos a opinar sobre la situación. Así, según el vicepresidente del Grupo Naturalista Hábitat, Santiago Vázquez, “la única medida es cazar sin orden ni control y esto supone un gran perjuicio a nivel ambiental. Reclamamos que la Xunta lleve a cabo un plan de gestión propio de esta especie, con un estudio riguroso de cuántos jabalíes hay”. Advirtió, además, de que la medida actual “no tiene justificación científica y no está funcionando”.