Los taxistas dicen que hay suficientes licencias. Para ello se amparan en la ley autonómica, que estipula que en los ayuntamientos con más de 150.000 habitantes tiene que haber un taxi cada 900 personas. En A Coruña hay 522 licencias, lo que corresponde a un taxi por 477 ciudadanos, de los 249.000 que hay en la urbe. Los coruñeses, sin embargo, distan de esta opinión y demandan más vehículos de transporte público o, en su defecto, más conductores.
Aquí podría haber un punto en común: el presidente de Teletaxi, Ricardo Villamisar, declaró hace meses a este diario que, a raíz de la pandemia, se han perdido los dobles turnos. “Hay gente que se marchó a otros sectores y no volvió. Otra se ha acostumbrado a trabajar sola y no quiere empleados”, dijo. Lo cierto es que, en hora punta, es complicado encontrar un taxi en una parada. Por lo menos sin esperar unos minutos. Villamisar es consciente, pero cree que, en cuanto terminen las obras de San Andrés, el tráfico será más fluido. También achaca la tardanza actual a los cambios de configuración de la ciudad, que busca primar el uso del transporte público en detrimento del privado, para lo que se han llevado a cabo numerosas peatonalizaciones en los últimos dos mandatos.
Los ciudadanos parecen entenderlo y por ello la demanda por coger un taxi es mayor, pero es entonces cuando surge el problema que ha generado indignación en los últimos meses. “No fui a una cena de empresa por no tener que esperar hasta la mañana para conseguir un taxi”, asegura Francisco, un vecino de Guísamo que trabaja en A Coruña.
Carlos, residente en Novo Mesoiro, va más allá. Considera que el problema “no es hacer colas”, sino encontrar taxis que se desplacen hasta el barrio en los días de menos tráfico. “He llegado a la conclusión de que la mejor forma es quedar con un taxista de confianza, y cada vez son más los que funcionan mediante cita para ahorrarle a la gente esas colas”, comenta.
Este vecino de Novo Mesoiro añade, por otra parte, que “si realmente se pide que en las noches de fiesta no se utilice el coche, lo ponen cada vez más difícil, porque a pesar de que el 90% de la gente es civilizada, la impaciencia en las paradas a veces genera situaciones de tensión”. Esteban Velasco, residente en Matogrande, confirma la escasez de taxis los domingos por la mañana, aunque el resto de días señala que hay “dos o tres, normalmente”.
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña y Área Metropolitana, Luisa Varela, es también consciente de la situación y solicita que “le pongan solución, porque es un servicio público”. En los próximos meses demandará, además, una reunión con el presidente de Teletaxi y con el de Radio Taxi, Antonio Vázquez, para “exigir que los conductores sean conocedores de las calles”.
El promedio de taxis por habitante es mayor en A Coruña que en Vigo, por ejemplo, donde hay 294.000 ciudadanos y 550 licencias, lo que corresponde a un vehículo por cada 534 personas. Pero la ciudad está creciendo y nuevos barrios como Xuxán o, en el futuro, San Pedro de Visma, se incorporan al callejero coruñés. Sin embargo, el presidente de Teletaxi, Ricardo Villamisar, considera que la cifra actual de licencias es suficiente y no resulta necesario, por el momento, ampliarla.