Cinco años de la pandemia | Las costumbres que dejó la pandemia: de las mascarillas a los test

Cinco años de la pandemia | Las costumbres que dejó la pandemia: de las mascarillas a los test
Paula Briones, en su farmacia de la avenida de Arteixo | Quintana

El covid cambió radicalmente la forma de relacionarse. Las mascarillas, la distancia, la desinfección absoluta de todo lo que procedía del exterior y los test de antígenos se convirtieron en la nueva normalidad de aquel entonces. Cinco años después, hay costumbres que permanecen.


“El volumen ha bajado muchísimo, pero seguimos vendiendo mascarillas”, asegura la farmacéutica Paula Briones. Las personas que más las siguen utilizando son aquellas con problemas de inmunidad, pero también hay muchas que recurren a ellas para ir a los hospitales. “La gente se ha concienciado en que tiene que ir protegida. También nosotros lo recordamos. Son cosas que antes no decíamos, pero ahora sí”, afirma la también vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de A Coruña (COFC).


La oficina de Paula Briones, que lleva su nombre, es también farmacia centinela, por lo que lleva un registro de los test de covid y de gripe suministrados. La propietaria asegura que se siguen vendiendo estas pruebas porque “la gente quiere saber si tiene covid o no”. “Yo creo que aún queda cierto miedo”, afirma.


La distancia también llegó para quedarse. Aunque ya no se hace midiendo exactamente los metros de separación, sí que respeta mucho más el espacio en las colas y al acercarse a los mostradores. “Ahora que no tenemos mampara la gente se mantiene alejada”, afirma la farmacéutica.

 

 

Relaciones más cercanas


Para Paula Briones, la pandemia ayudó a que valorar mucho más a los profesionales de su sector, del que asegura que se siente “profundamente orgullosa”. “La gente se dio cuenta de que solucionamos las cosas y que somos imprescindibles. En la pandemia, hubo casos en los que la única conexión que había con el exterior era a través de una farmacia. Fuimos psicólogos sin serlo. Yo creo que ahora nos ven de otra manera”, asegura.


Su farmacia es pequeña, por lo que el trato siempre fue muy cercano, pero a raíz del confinamiento también se ha acercado más a clientes con los que no tenía tanta relación. “Me acuerdo de llevar medicación a gente confinada y volver a llamarlos a media tarde para ver como seguían... La pandemia me ha dejado momentos tristísimos, pero a nivel profesional me he sentido una privilegiada por poder ayudar”. 

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