Cuando el centro de A Coruña tenía montaña rusa y noria

Hace más de dos décadas que la urbe dijo adiós a las atracciones que se instalaban en verano, coincidiendo con las Fiestas de María Pita; las razones son varias: quejas vecinales, búsqueda fallida de nuevos emplazamientos y la promoción de otros eventos
Cuando el centro de A Coruña tenía montaña rusa y noria
Barracas y atracciones en 1998 en O Parrote, donde estuvieron instaladas por última vez | AEC

Hace más de dos décadas que las calles de A Coruña perdieron su adrenalina. Sin atracciones ni tómbola, en el año 2000 tuvo lugar la última ‘gran feria’ de la ciudad, que nunca se ha vuelto a recuperar. Entrejardines, los jardines de Méndez Núñez, La Marina y O Parrote fueron durante años los lugares a los que los coruñeses acudían a divertirse durante las Fiestas de María Pita. El barco pirata, barracas, carrusel, saltamontes, noria, el gusano y, pese a parecer impensable a día de hoy, montaña rusa. A Coruña no tenía nada que envidiar a otras fiestas de Galicia que continúan celebrándose a día de hoy y que son destino asegurado de feriantes, como pueden ser Pontevedra o Santiago de Compostela.


La instalación de la noria en el puerto hace dos años no hizo más que manifestar que cualquiera de estas iniciativas sería invadida por la nostalgia de los coruñeses. La atracción, que estuvo situada en el muelle de Batería durante algo más de dos meses, acumuló colas diarias y regaló a la ciudad una nueva postal veraniega. Desde 2022, y pese a estudiar nuevos emplazamientos, la noria no pudo volver a instalarse y en estos dos años solo se ha podido disfrutar del tiovivo de La Marina, aunque en junio tuvo que ser retirado para su restauración. Son varias las razones que explican el porqué del fin de las atracciones que alegraban el verano coruñés: quejas vecinales, búsqueda de localizaciones fallidas y hasta la promoción de otros eventos. 

 

El exalcalde Francisco Vázquez llegó a afirmar que las atracciones se trasladarían al monte de San Pedro. Carlos González-Garcés, concejal del PSOE durante 25 años, considera que se buscó potenciar otra oferta, como las casas regionales, la feria del libro o la feria de artesanía. El también exedil socialista Eduardo Blanco recuerda que las barracas “daban un toque de alegría y generaban una diversidad de ocio”. Además, suponían una “fuente de ingreso para el Ayuntamiento por la ocupación de suelo”. Sin embargo, como todo, tenía su ‘cruz’: “Había que delimitarlo en el tiempo y había quejas vecinales. Los dueños de las barracas, además, instalaban su campamento en el lugar”.

 

Un punto de inflexión

Un incidente relacionado con la seguridad de estas atracciones tampoco ayudó a los feriantes. El 8 de agosto de 1995, 28 ocupantes de la atracción Kamikaze estuvieron suspendidos a 25 metros de altura y cabeza abajo durante más de hora y media. En Entrejardines, donde estaba instalado, hubo escenas de histeria, ya que el rescate fue complicado. Los Bomberos liberaron en pequeños grupos a los ocupantes, muchos de los cuales vomitaron mientras esperaban su turno. No hubo que lamentar lesiones de gravedad más allá de contracturas y otras dolencias similares. La posterior investigación dictaminó que el origen de la avería fue el bloqueo de un rodamiento. 

Cuando el centro de A Coruña tenía montaña rusa y noria

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