El Carlos Negreira más personal y desconocido se mostró ayer en una nueva ‘Charla do Xerión’, el programa de entrevistas públicas que desarrolla desde hace unos años Jesús Suárez. El acto se desarrolló en O’Culto, en la calle Panaderas, y llenó la parte acotada del recinto con familiares y amigos del exalcalde, entre ellos concejales del PP encabezados por el actual líder local del partido, Miguel Lorenzo.
“Llevo mucho tiempo sin estar en el once titular”, empezó bromeando Negreira, en alusión a lo poco que se ha dejado ver en la vida pública tras abandonar sus cargos como portavoz municipal y presidente provincial del PP hace más de nueve años, en enero de 2016. Pero el recorrido por su vida se inició mucho antes, en su infancia en Brasil, a donde sus padres emigraron, que es el motivo por el que él nació en Río de Janeiro, “cerca de Copacabana”. “Con 3 o 4 años ya estaba en Coruña, en la calle Cuevas, cerca de la plaza de España”, apuntó. Después su familia se cambió al Orzán, zona de inolvidables juegos infantiles: “La playa era nuestro campo de esparcimiento. Ahora veo a los surfistas y me dan envidia. Entonces no sabíamos ni qué era una tabla de surf”.
Aquel al que los amigos llamaban “Carlitos o, por la serie ‘Los ángeles de Charlie’, Charlie” estudió primero con una profesora del Orzán, Balbina, en una clase con otros “dos o tres niños” antes de entrar en Maristas: “Es increíble que en aquel patio de Teresa Herrera se pudieran jugar cuatro partidos de fútbol a la vez”.
Eran tiempos de estrecheces económicas, y de poca fiesta. Algunas salidas de vinos por la calle de la Estrella “solo hasta la una de la madrugada”. Y mucha calle: “Feijóo y yo hemos comido muchas pipas en el Avenida”, recordó aquellos tiempos en los que el dinero no abundaba. Al hoy presidente del PP nacional lo conoció cuando eran chavales, “porque tenía un primo de Ourense viviendo en Coruña”. Después estudiaron Derecho juntos. Y se sacaron la misma oposición a la Xunta aunque ninguno le había dicho al otro que finalmente se iba a presentar. Y empezaron a trabajar el mismo día. Sabe cuál en concreto: “El 20 de mayo de 1985”. Pronto hará cuarenta años.
Su vida habría sido muy diferente si llega a aceptar una oferta que le hicieron recién licenciado, ese mismo año 1985. Consistía en trabajar para una empresa emergente llamada Zara: “Mi madre me dijo que la familia se había sacrificado mucho para que estudiase y que no lo había hecho para que yo acabase en una tienda de ropa. Se lo he comentado en alguna ocasión a Amancio Ortega”, recordó divertido.
Con Feijóo, con el que aún comió esta misma semana en Madrid, siguió creciendo desde aquel puesto ganado por oposición. Rememoró su trabajo conjunto en la Consellería de Sanidade y en Correos. Y llegamos así a 2005, cuando su amigo ourensano le dice que intenten juntos acceder a la presidencia del PP gallego, momento en que se afilia al partido: “Seguro que no salimos”, le dijo Feijóo. Pero salieron. El resto es historia.
El triunfo personal llegó en 2011, cuando el PP logró su primera (y por ahora única) mayoría absoluta en María Pita. Su madre le dio un consejo: “No hagas nada que pueda avergonzar a la familia”. En sus cuatro años de mandato dejó huella: A Coruña “smart”, las peatonalizaciones de O Parrote y la Marina o la enorme proyección que dio a la etapa coruñesa de Picasso, con una gran exposición que estos días ha cumplido diez años. Pero también hubo partes amargas por culpa de cierta jueza. De ahí que resumiese así su experiencia como regidor: “Como alcalde lo pasé un poquito regular”.