El delfín del Orzán busca a su manada, su única posibilidad de sobrevivir

El mamífero marino que fue liberado en alta mar por los Bomberos tras haber embarrancado en la playa debe encontrar a su grupo en medio del océano para poder salvarse, señalan desde la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos
El delfín del Orzán busca a su manada, su única posibilidad de sobrevivir
Momento del rescate del delfín | Patricia G. Fraga

El rescate de un joven delfín que se había quedado varado en la playa del Orzán, vuelve a poner de actualidad el fenómeno de los cetáceos que llegan a nuestras costas. Normalmente no lo hacen vivos, y, menos, con señales de un posible ataque de tiburón. De todos modos, Alfredo López, técnico de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), advierte que el animal sigue en peligro, aunque lo hayan arrastrado hasta alta mar. Debe encontrar a su manada si quiere sobrevivir. “As posibilidades son baixas”, reconoce.

 

Lo más preocupante no es la lesión que sufría. “Presentaba unha ferida no costado, pero era antiga. Non temos a seguridade de que animal a fixo. Posiblemente un depredador, pero non eran as típicas marcas de quenlla”, explica. Sin embargo, es posible que la herida en el costado, que ya estaba cerrándose y se encontraba casi cicatrizada, hubiese vuelto más lento al joven delfín, impidiendo que mantuviese el ritmo del grupo.

 

El stenella coeruleoalba o delfín listado suele encontrarse mar adentro, a 20 o 30 millas náuticas de la costa, fuera de la plataforma continental, aunque a veces se acerque más a tierra persiguiendo peces. “Velo tan preto da costa é moi raro, son casos excepcionais”, explica López, que considera que existe una posibilidad, aunque no muy grande, de que el animal pueda volver a su manada, por eso dieron instrucciones al Grupo de Rescate Acuático (GRA) de los Bomberos para llevarlo todo lo que pudieran mar adentro. “Estaba forte sano, e tiña unha capa de grasa decente”, opina.

 

Sin embargo, hay que recordar que no se trataba de un ejemplar adulto, aunque tampoco una cría, dado que medía metro y medio. En el Cemma consideran que puede tener cuatro o cinco años, lo que se denomina un juvenil. Pero por muy desarrollado que esté, no puede sobrevivir en el océano sin su manada. “É un animal social, só non pode sobrevivir. Necesita unha serie de cousas, como nós, un pouco de agarimo. Non se trata só do alimento”, explica López, que en ocasiones ha encontrado hasta cinco varados a la vez y han muerto: “Eles se consideran mortos cando se perden”.

 

Todo depende de lo lejos que esté la manada. Y de que no encuentre ningún tiburón, dado que abundan en estas aguas. “Quenllas hai as que queiras”, reconoce el experto del Cemma. Por otro lado, llevar al delfín a mar abierto ha funcionado a veces, porque no han reaparecido. De lo contrario, es posible que acabe embarrancando de nuevo. 

El delfín del Orzán busca a su manada, su única posibilidad de sobrevivir

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