La Policía Nacional anunció la detención de dos sospechosos a los que sorprendió in fraganti cuando robaban en una peluquería en la plaza del Humor a las dos de la madrugada de ayer. Uno de ellos se encontraba dentro y ya tenía la caja registradora mientras que su cómplice vigilaba fuera cuando apareció el coche patrulla.
La aparición imprevista de los agentes les impidió reaccionar y fueron detenidos. Según fuentes policiales, emplearon una pieza metálica de una obra cercana para romper el cristal de la puerta de la peluquería. Ahora los investigadores tratan de determinar si están implicados en otros robos con fuerza que se han producido en el centro en los últimos días.
En efecto, en la última semana se ha robado, entre otros sitios, en un salón de uñas en Zalaeta, en uno de moda vintage en la Estrecha de San Andrés y en el Bar Pontejos, justo al lado de la peluquería. El modus operandi es sencillo: romper el cristal de la puerta de acceso o del escaparate con un objeto contundente y robar la caja registradora.
En algunos casos, llegaron a llevarse algo más que la caja: en el caso de la tienda de moda vintage, por ejemplo, sustrajeron abrigos y complementos. En el caso del bar, se llevaron unas botellas de alcohol. Fue en este último robo, en la calle Pontejos, donde fueron sorprendidos por un vecino cuando corrían con la caja registradora.
Aquello parecía indicar que la suerte les estaba abandonando pero, con solo unos pocos cientos de euros por cada robo, no podían parar, y ayer fueron detenidos, no por primera vez. Todo parece indicar que se trata de los mismos individuos, aunque en algunos casos, solo se ve a uno de ellos en las cámaras de seguridad, esto se debe probablemente a que otro aguarda siempre fuera para vigilar. Se espera que pronto pasen a disposición judicial.
Pero el delito más grave que ha tenido lugar en un negocio este mes fue el atraco que sufrió una frutera en su establecimiento de la calle Pontedeume, en la Sagrada Familia. Un toxicómano la abordó cuando subía la verja de su negocio y le amenazó con un cuchillo, provocándole varios cortes.
Aunque ninguna de las heridas es importante y el delincuente fue detenido al día siguiente (en parte, gracias a ella, que le sacó una foto), ha decidido no volver a abrir. Estos días se dedica a contactar con sus proveedores para informales del cierre.
Su hijo, Kevin Lorenzo, explica que su madre, a nivel físico, está recuperándose sin problemas. Las heridas del cuchillo se curaron con unos cuantos puntos, tanto los del cuello como los de la mano. Sin embargo, la recuperación emocional es otra cuestión. “Le resulta difícil estar sola en la tienda”, explica. No era la primera vez que atracaban su pequeño local de alimentación, pero todo indica que será la última