Por definición, toda conexión entre dos calles, vías o espacios públicos ha nacido con el objeto de facilitar la movilidad y el tránsito de las personas, por muy peliaguda que sea la orografía o el trazado en sí. Con ese razonamiento hace tiempo que llaman a las puertas del Ayuntamiento, o de quien corresponda, los vecinos del Agra do Orzán, cansados de hacer esfuerzos que consideran innecesarios para pasar de la calle Manuel Deschamps al Camino del Pinar. Quieren que se acabe de una vez con un doble tramo de escaleras que a los vecinos de toda la vida les cuesta cada vez más sortear y que los más jóvenes ven como un inordio innecesario.
No hace falta más que pararse unos pocos minutos, y sentarse a mirar con cierta distancia la película, para empatizar con quienes arrastran carritos, bicicletas o cualquier tipo de acompañante de cierto peso. Tampoco hace falta se ingeniero para entender cómo y cuánto solucionaría esos trámites la instalación de una rampa. Sin embargo, no todo es tan sencillo como parece. "El Ayuntamiento nos ha dicho durante mucho tiempo que se trata de una propiedad particular, pero nosotros instamos al Gobierno de turno a convencer a esa propiedad", relata la asociación. Y es que no se trata de PSOE, Marea o PP, sino de las dificultades que han encontrado todos para poder entenderse con el responsable del entorno.
Ni siquiera la expresión de la voluntad popular en forma de más de 400 rúbricas ha conseguido ablandar un ápice a la propiedad. "No terminamos de entender por qué no se puede hacer una rampa; conocemos al propietario del espacio y el Ayuntamiento ya se entrevistó en su día para intentar resolver el problema", lamenta el histórico dirigente vecinal Ricardo Seixo. "Dijo que era su propiedad y que no autoriza a hacer nada, pero si en su día se hicieron unas escaleras, hay un alcantarillado y el camino lleva desde 1900 funcionando suponemos que alguna actuación podrá llevarse a cabo", prosigue.
Todas estas inquietudes fueron trasladadas por la asociación del Agra do Orzán a los representantes de la concejalía de Infraestructuras, en la que también volvió a ponerse sobre la mesa la obra del parque del Agra.