El proceso creativo de Picasso y su capacidad para trabajar con distintas medios protagonizan la mayor exposición jamás realizada de dibujos y grabados del genio español, abierta este miércoles en el Centro Pompidou de París.
Bajo el título "Picasso, dessiner à l'infini" (Picasso, dibujar hasta el infinito), la exposición muestra cómo el artista dibujaba por placer o para explorar sus ideas cambiantes sobre la representación de la figura, pero también para realizar bocetos de pinturas o esculturas.
Cerca de un millar de objetos, entre ellos casi 900 dibujos y grabados, además de numerosos cuadernos, están desplegados en un amplio espacio de unos 2.000 metros cuadrados.
En lugar de ser lineal, siguiendo la larguísima carrera del artista, la exposición está agrupada en torno a unos cincuenta temas, que pueden ser genéricos, como la anatomía o el dolor; o centrados en una obra, como los dibujos que Picasso hizo a partir del cuatro "Las mujeres de Argel", pintado en 1834 por el romántico Delacroix.
La exposición "va contra la cronología esperada" y a la vez en muchos capítulos "se ve toda la evolución" y "la extraordinaria variedad" de la obra de Picasso durante los principales estilos artísticos del siglo XX a lo largo de casi ochenta años, explica a EFE uno de los comisarios, Johan Popelar.
Además, el Pompidou ofrece un destacable apoyo audiovisual, con varias pantallas que proyectan grabaciones en blanco y negro de Picasso dibujando en su estudio.
En una de ellas se proyecta un fragmento del documental "Le mystère Picasso" (El misterio Picasso), realizado en 1956 por Henri-Georges Clouzot. Incluso se exhibe uno de los dibujos que el artista realiza para el celuloide.
La exposición permite ponerse "en el corazón del proceso creativo. Estar en el propio taller de Picasso", apunta por su parte Anne Lemonnier, otra comisaria de la muestra.
Por ejemplo, hay dibujos que son bocetos de la escultura de la cabeza Marie Therese -que también se muestra-, y otros que están recortados como proyectos de escultura en miniatura. "Vemos cómo el dibujo se apodera de la tercera dimensión", subraya Lemonnier.
Los dibujos están realizados con todo tipo de materiales, de la tinta y el lápiz al carboncillo.
Y para quien piense únicamente en dibujos en blanco y negro, hay muchas obras en color (pastel, acuarela, guasch, lápices), o incluso está la serie de nueve grabados realizados en 1939 con la cabeza de Dora Maar, con la misma silueta y en diferentes colores.
Además, hay un capítulo dedicado a las distintas bases, hasta papel de embalaje, que Picasso usaba para trazar sus dibujos.
Por lo que respecta a la cronología, hay obras desde 1895 realizadas en A Coruña hasta de finales de 1972, pocos meses antes de la muerte del artista el 8 de abril de 1973 en Mougins, en la Provenza francesa.
La escenografía también es muy especial, ya que incluye paneles colgando del techo y las citadas pantallas en las que se proyectan fragmentos de documentales en blanco y negro o cuadernos con dibujos cuyas páginas van pasando unas manos.
La mayor parte de los objetos proceden del Museo Nacional Picasso de París, pero también hay importantes piezas que proceden del Museo Reina Sofía de Madrid (dibujos relacionados con el "Guernica"), el Museo Picasso de Barcelona y del Museo de Bellas Artes de A Coruña (estudios de anatomía de 1895 de un Picasso que con 14 años aprendía los rudimentos del oficio).
La exposición, que estará abierta hasta el 15 de enero de 2024, forma parte de las numerosas que se han realizado, sobre todo en España y Francia pero también un poco por todo el mundo, para conmemorar el 50 aniversario de la muerte del artista malagueño.