La duna de Riazor aguantó ayer las embestidas de 'Herminia' y cumplió su función, que es evitar que el océano llegue a invadir el Paseo Marítimo. Aunque la barrera quedó erosionada por la fuerza de las olas, y estas llegaron a tocar la base del paseo, no hubo que cortar el paseo al tráfico.
Sin embargo, la alerta roja continúa durante todo el día, y la duna ya está debilitada. Su próxima prueba será a las tres de la tarde, cuando tendrá lugar una nueva pleamar. Hasta entonces, los servicios de emergencia continúa con su vigilancia, y todas las playas se encuentran cerradas al público.